𝘅𝘅𝘃𝗶𝗶𝗶. ¿𝗾𝘂𝗲 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗺𝗶?

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¡CAPÍTULO VEINTIOCHO!

【¿QUÉ QUIERES DE MÍ?】

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Un buen resumen sería decir que su plan salió tal y como lo habían planeado. Sí, incluso Holly se vio sorprendida por ello aunque no iba a mentir, estaba satisfecha solo por haberle cerrado la boca a Dean, la discusión aún latente en ella.

Ella había hecho de cebo, caminando por el bosque completamente sola (sabiendo que si Dean y Sam estaban allí la Crocotta no iba a aparecer). Estos dos habían tenido que dejar unos metros de distancia entre ellos y la cazadora, los dos cargados con los sables que usaban para decapitar vampiros, esta vez con la finalidad de atravesar la Crocotta.

Efectivamente la criatura en cuestión no había tardado mucho en aparecer, abalanzándose sobre ella. Esta vez, sin embargo, no la había pillado desprevenida y había sido rápida en sacar su puñal y clavárselo en el estómago dos veces antes de que Sam apareciera y finalmente empalara al monstruo.

Ahora podrían estar celebrándolo perfectamente si no fuera por la enorme tensión que se sentía en el impala de vuelta al bunker. Debido a la cercanía, los tres cazadores habían decidido no pasar la noche en el motel y volver de nuevo a su residencia semipermanente. Dean había decidido no poner música en el trayecto  -sin estar de humor- lo que hacía el silencio aun más incomodo. Lo cierto es que Holly sentía lastima por Sam, que había acabado justo en el medio de su discusión.

En realidad Holly aún no estaba muy segura de lo que había pasado. Horas atrás estaban besándose en medio del bosque y después estaban discutiendo a nada de llegar a los golpes. Porque sí, Holly se había sentido tentada de usar la violencia. Realmente si se paraba a pensarlo ni siquiera estaba segura de por qué habían discutido. Lo que sí que sabía era que no estaba de humor para continuar la discusión y menos con Sam delante de nuevo. Por lo que se entretuvo con mirar por la ventana sin molestarse en romper el silencio.

Cuando llegaron finalmente al búnker, Holly esperó a que Dean abriera el maletero y se hizo con su bolsa, caminando a la entrada sin esperar a ninguno de los hermanos. Sin perder el tiempo se dirigió a su habitación y comenzó a deshacer la bolsa, sacando la ropa y dejándola en su silla y preparando su pijama; unos pantalones cortos y la camiseta de Dean.

—Hey, Holly—la mencionada se dio media vuelta cuando escuchó la voz de Sam, que asomaba la cabeza por su puerta—. Yo me voy a ir ya a la cama.

Holly asintió, sonriéndole—. Buenas noches, Sam.

—Buenas noches.

Holly se había dado cuenta con el tiempo de que Sam jamás se iba de ningún sitio sin despedirse antes. No era muy difícil adivinar que era por el tipo de vida que llevaban en el que nunca se sabía cual iba a ser la última vez que verías a un ser querido. Eso le recordó a Danny, la vista dirigiéndose a la foto que tenía en la mesita de noche. La habían tomado el día que se conocieron y los dos salían sonriendo de oreja a oreja.

𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓, ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora