𝘅𝘅𝗶𝗶. 𝗽𝗼𝗿𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗼𝗺𝗼𝘀 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮

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¡CAPÍTULO VEINTIDÓS!

【PORQUE SOMOS FAMILIA】

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Dean detuvo a Sam justo antes de que entrara en la habitación de Holly. Llevaba una bandeja con comida en la mano y estaba a punto de tocar para pedir permiso para entrar pero al ver a Dean se detuvo.

—¿Cómo...? ¿Cómo está?—Dean se cruzó de brazos, impaciente por una respuesta. Desde que Sam había acompañado a Holly hasta su habitación para descansar después de haber recuperado sus recuerdos, Holly no había salido y nadie a excepción de Sam había entrado.

—¿Cómo quieres que esté, Dean?—a pesar de la contestación, se notaba cierto tono en la voz de Sam que dejaba entrever que no culpaba a Dean ni pretendía ser sarcástico—. No lo sé, creo que aún está asimilando todo lo que ha pasado.

Dean asintió pero no se fue. Se removió de un lado a otro como si no se animara a hablar pero finalmente se decidió—. ¿Crees que es buena idea que entre y hable con ella?

Sam hizo una mueca. Entendía la preocupación de su hermano por Holly pero precisamente porque él también estaba preocupado por la cazadora, negó—. No, no lo creo. Aún no, al menos. Tú... Espera un poco, ¿vale?.

Él se revolvió el pelo con la mano, su vista en la puerta cerrada, como si su mayor deseo en ese momento fuera atravesarla—. Quiero ver que está bien y-

—Lo sé, Dean. Tú dale un para de días solo—Sam posó la mano en su hombro en señal de apoyo antes de darle un apretón—. Voy a llevarle la comida, a ver si está despierta.

Dean asintió, finalmente retirándose de nuevo al salón y saludando a Bobby en el proceso, dirigiendo sus pasos a la nevera hasta dar con una cerveza y sacar otra para el cazador mayor.

Sam, sin embargo, procedió a hacer lo que iba a hacer en un primer momento. Llamó la puerta -solo para anunciar su llegada, realmente no esperaba respuesta- y se adentró en la habitación de Holly. Ella no se había movido desde la última vez que la había visto, continuaba tumbada en la cama de espaldas a la puerta pero Sam sabía que estaba despierta.

—Hola, Holly, te traigo la comida—él avanzó, dejando la bandeja encima de la mesa de noche y caminando hasta sentarse en la orilla superior de la cama.

—Gracias pero no tengo mucha hambre.

Apagada, triste, sin ganas. Sam hizo una mueca al escuchar como sonaba. Había estado intentando que hablara y se animara pero por otra parte entendía el disgusto de Holly.

𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓, ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz