𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓
❝ parece que siempre estas
olvidando cosas. hay cosas
que simplemente no pueden olvidarse.
ni hacer como si no hubieran pasado ❞
❝ mira, si esto es por aquella
vez, tú estabas de acuerdo.
dejé las co...
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Reginald Mercer.
Holly tenía una clara imagen del hombre después de haber visto una y otra vez la imagen que Charlie le había enseñado. Reginald Mercer no era su hermano, no, era el asistente social que había llevado la adopción del pequeño Danny Patts.
Al ser una adopción cerrada, Charlie no había sido capaz de adivinar quiénes habían adoptado a Danny, cual era su nombre actual o donde vivía. Pero habían averiguado que Reginald -y Danny, por lo tanto- vivía en Charlottesville y que al haber dirigido la adopción, debía saber donde vivía Danny con su familia actualmente.
Cuando Charlie les había dado la información, Holly no había podido contenerse, abrazando a la pelirroja y sorprendiendo a todos los cazadores presentes. Charlie le había devuelto el abrazo, haciéndoles caras a Dean y a Sam al no creerse que Holly Patts la estuviera abrazando.
Apenas habían perdido tiempo antes de tener ya un par de bolsas listas en el maletero del impala y estar ya en la carretera, camino a Charlottesville. Holly había decidido no conducir su coche cuando habían ido al búnker, sabiendo que el garaje del búnker tenía coches de sobra. Y ahora había decidido ir en el impala con los hermanos para evitar conducir. Sabía que si ella conducía, acabaría con un par de multas de tráfico.
Sam y Dean habían tenido que turnarse para conducir, el viaje desde Kansas a Virginia siendo de un poco más de veinte horas. Holly se había negado a parar en un motel a no ser que fuera necesario pero los hermanos se las habían apañado para dormir mientras el otro conducía así que no había habido mayor problema. Holly, aun a pesar de la sensación de impaciencia, había conseguido también dormirse durante un par de horas. O eso había pensado ella que eran pues, antes de darse cuenta de cuanto tiempo había pasado, Dean estaba despertándola porque ya habían llegado.
Una vez allí, habían alquilado como ya era costumbre una habitación con tres camas en un motel y habían dejado allí sus cosas. Los tres se habían cambiado a sus trajes, Holly aprovechando que no tendría que correr y/o luchar con el traje para ponerse una falda de tubo y una de sus camisetas de vestir más elegantes en lugar de su traje-pantalón habitual.
Sam había sido el encargado de llamar a Reginald Mercer y pedir una entrevista con él mientras Holly acababa de arreglarse en el baño. La cazadora se miró de arriba abajo en el espejo del baño; eran pocas las veces que llevaba falda porque no podía ponérselas sin medias pues sus piernas -su cuerpo, en general- estaban llenas de cicatrices. De cualquier manera, a ella no podía importarle menos. Nunca había sido superficial y tener un complejo no podía estar más bajo en su lista de prioridades.
