𝘅𝗹𝗶𝘃. ¡𝗵𝗮𝘇 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗲!

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¡CAPÍTULO CUARENTAICUATRO!

【¡HAZ QUE PARE!】

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Holly ya debería haberse acostumbrado a la sensación de inmovilidad. No sólo por la estúpida bala que Dean había sacado de su muslo una vez se había asegurado de que no podía escapar, sino por las constantes veces que a lo largo de su vida se había encontrado maniatada o esposada a una silla.

En el sótano del búnker, en medio de la "celda" para demonios que tiempo atrás le había parecido lo mejor del búnker, Holly se hallaba en medio de una trampa para demonios y sujeta a una silla mediante grilletes que también llevaban trampas de demonios.

Conclusión, era imposible escapar de esa situación. Ella lo sabía, y Sam y Dean también.

Los dos hermanos habían salido de la habitación una vez se habían asegurado de que cuando Holly intentara escapar le fuera imposible. Ella suponía que seguramente estaban intentado organizarse y establecer su próximo movimiento. Pero, habiéndolos conocido, tampoco ignoraba la opción de que estuvieran discutiendo.

Hicieran lo que hicieran, volvieron antes de que pasara media hora con una jeringuilla en la mano llena de lo que parecía ser sangre. Holly frunció el entrecejo en confusión. No sólo no tenía ni idea de que era lo que pretendían hacer sino que el mero hecho de ver la aguja de la jeringuilla la había hecho tensarse.

Te atraviesan con un puñal en un ritual y te da miedo una aguja de nada. Patético.

Pero por muy patético que fuera, siempre había sido así. Y no iba a cambiar mucho menos cuando estaba esposada a una silla.

Dean fue el encargado de acercarse con el objeto en cuestión en mano y sujetó con una mano su brazo para evitar que se moviera. Holly de sorprendió al comprobar que el agarre no era fuerte ni brusco, sino más bien confortador. Lo suficientemente fuerte como para que no se moviera pero sin la intención de lastimarla.

Al introducir la aguja en su piel, Holly miró hacía otro lado, buscando ignorar la sensación. Dean intentó ser delicado, sabiendo y recordando perfectamente el desagrado de Holly a las agujas. Era por eso que en un primer momento se había sentido reacio a realizar el tratamiento teniendo que inyectarle a Holly sangre más de una y más de dos veces. Pero Sam tenía razón, era la única forma.

𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓, ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀWhere stories live. Discover now