𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓
❝ parece que siempre estas
olvidando cosas. hay cosas
que simplemente no pueden olvidarse.
ni hacer como si no hubieran pasado ❞
❝ mira, si esto es por aquella
vez, tú estabas de acuerdo.
dejé las co...
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En apenas unos minutos el despacho de Bobby -donde investigaba y guardaba sus libros y también el espacio más grande de la casa- estaba despejado de muebles y lleno de los ingredientes que Rowena había demandado para realizar el hechizo que invocaría a Karla.
Sam había sido el encargado de buscarlos -por suerte Bobby tenía la mayoría y los que no tenía habían sido fáciles de obtener- mientras Bobby observaba de cerca a Rowena. Dean había preferido mantenerse al margen, observando a la bruja trabajar desde la distancia.
Rowena mezcló varios ingredientes en un bol de madera, la cantidad justa y siempre con una atención al detalle impresionante. Finalmente se giró a mirar a Dean y asintió.
—Esto ya está, cuando queráis invocarla solo tengo que hacerme un corte en la mano y decir las palabras mágicas.
—Gracias, Rowena—Sam dejó caer una mano en el hombro de la bruja, expresando cuan agradecido estaba. Lo cierto es que Dean también lo estaba, claro que no iba a decirlo en voz alta.
—De nada, Samuel, ya estamos en paz.
—Está bien—verlos interactuar era algo inusual eso seguro, pero Dean no estaba lo que se dice de humor para eso—. Voy a por Holly, Bobby tú trae una silla y cuerdas.
—¿Para la bruja?
—Para Holly.
Nadie dijo nada al respecto pues todos allí sabían que Dean tenía razón. Fácil no era una palabra que describiera a Holly y, sí aún siendo su amiga tenía sus momentos, odiándolos era capaz de matarlos. Literalmente los había amenazado con ello.
Dean bajó las escaleras al sótano, bajando más veces a esa habitación en la última semana que en toda su vida. Se tomó solo un momento para prepararse mentalmente antes de abrir la puerta. Esta vez Holly estaba sentada en la cama pero en la misma posición que en la ultima vez, con la espalda recostada en la pared.
—Levántate, nos vamos de paseo.
—Contigo no voy a ninguna parte—Holly escupió las palabras como si fueran veneno.
—Holly, estoy intentando hacer esto por las buenas, no querrás que lo haga por las malas.
—¿O qué?—Holly alzó las cejas, expresión desafiante con la intención de sacarlo de quicio. Lo estaba consiguiendo—. ¿Me vas castigar como a las chicas malas?
—Está bien.
Dean caminó con pasos furiosos hacia ella, Holly levantándose al ver el enfado en su cara y preparándose para defenderse si era necesario. Aunque lo hubiera sido no hubiera importado pues Dean ya la sujetaba fuertemente del brazo y estiraba de ella como si de una muñeca se tratara, sin ningún tipo de cuidado o delicadeza. Solo quería acabar con todo ese lío en ese momento y de una vez por todas.
