𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓
❝ parece que siempre estas
olvidando cosas. hay cosas
que simplemente no pueden olvidarse.
ni hacer como si no hubieran pasado ❞
❝ mira, si esto es por aquella
vez, tú estabas de acuerdo.
dejé las co...
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Smut warning baby's, disfrtuad ;)
Holly golpeteó las uñas contra la mesa de la biblioteca, creando así el único ruido en la habitación. Como era ya costumbre, los tres cazadores estaban concentrados en la biblioteca; Sam leía un libro mientras Dean y Holly investigaran posibles casos.
La cazadora levantó la mirada justo a tiempo para ver que Dean la estaba mirando. Inmediatamente ambos se sonrieron disimuladamente. Sam carraspeó sin notar la acción interrumpiendo así las miradas.
—¿Encontráis algo?
—No.
—Nada—la única mujer, llevó de nuevo su mano al colgante en su cuello para retorcer la H entre sus dedos, esta vez en señal de aburrimiento y no de nerviosismo—. ¿Sabéis qué? Creo que después de la últimas cacería merecemos un descanso. Un maratón de alguna serie en el sofá, palomitas...
—La verdad es que es buena idea—Sam la apoyó, ganándose miradas de sorpresa de los otros dos—. Holly tiene razón. Además no es como si hubiéramos encontrado algún caso.
—Bueno, ¿y qué queréis hacer?—Dean también cedió a la tentación, cerrando su ordenador y recostándose en la silla.
—En realidad—Sam hizo una mueca de disculpa, frotándose la nuca, retirándose el pelo de la cara y levantándose de la silla dispuesto a retirarse—, voy a hacer una videollamada con Eileen. Hace mucho tiempo que no hablamos.
Dean sonrió exageradamente, alzando y bajando las cejas y alzándolas una y otra vez—. Eileen eh...
—Cállate.
Con eso último, Sam se retiró, desapareciendo por el pasillo en dirección a su habitación. Los dos cazadores restantes esperaron en su sitio pacientemente hasta que escucharon la puerta cerrarse. Esperaron unos segundos más antes de que sus respectivas sillas hicieran ruido al arrastrarse por el suelo.
Holly soltó una carcajada cuando Dean la sujetó de los muslos para subirla a la mesa, inmediatamente rodeando con una de sus piernas la cintura del cazador. Con la intimidad que Sam les había proporcionado, Holly inició uno de los muchos besos que habían compartido desde que habían vuelto al búnker. Que hubieran habido más besos antes no parecía satisfacer a ninguno pues ambos se besaban con el mismo hambre, casi devorándose.
