𝘅𝗹𝗶𝗶𝗶. 𝗮𝗰𝗮𝗯𝗼 𝗲𝗻 𝗲𝘀𝗲 𝗺𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼

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¡CAPÍTULO CUARENTAITRES!

【ACABÓ EN ESE MOMENTO】

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Dean tuvo ganas de arrugar el ceño en señal de que lo que tenía frente a él era completamente desagradable cuando vio el estado exterior del bar. Para ser sinceros, había estado en lugares mucho peores pero si ese era el estado del bar por fuera, no quería imaginarse como era su interior.

Por suerte o por desgracia no iba a tardar mucho en averiguarlo pues según Ruffus, Holly se encontraba en el interior. Y Dean no había conducido hora y media para darse media vuelta. Por eso, sin deshacerse de la mueca de desagrado, abrió la puerta y dio de lleno con el olor a alcohol y a sudor.

Encontrar a Holly no fue difícil, al fin y al cabo siempre parecía haberse sentido atraído hacia la cazadora. Su aspecto distaba mucho de la última vez que la había visto, bañada en sangre y habiendo perdido el color y la vida de todas sus facciones. Esta vez estaba completamente llena de vida, y rodeada de ese aura de picardía característica de los demonios.

Pocas veces Holly se recogía el pelo, pero esta vez lo llevaba en una coleta. A Dean le gustaba más así, dejaba ver su rostro al completo, como esa cicatriz en su ceja izquierda. Hasta que no se giró, Dean no pudo apreciar también el cambio en su vestimenta. Llevaba sus vaqueros negros ajustados y su chaqueta de cuero pero su torso estaba apenas cubierto por un top con un escote que no dejaba nada a la imaginación y que mostraba mucho más de lo habitual en ella.

Ella ni siquiera había reparado en su presencia, conversando animadamente con un hombre recostada en la barra del bar. Mientras Holly hablaba con una sonrisa coqueta en el rostro, el hombre no hacía nada por prestarle atención, su mirada en su escote.

Dean se decidió a ir allí, no perder más tiempo y, de paso, interrumpir la animada conversación. Claro que cuando estaba a mitad de camino, Holly se había abalanza do sobre el hombre, besándolo con pasión y lujuria. Por un momento, Dean se llenó de ira, luego de decepción y finalmente de tristeza pero luego se obligó a recordar que esa no era Holly.

Por eso no se detuvo y continuó caminando—. Ejem.

Escuchó un suspiró de irritación de parte de Holly, que rodó los ojos ante la interrupción y al reconocer la voz. El hombre alzó la cabeza rápidamente ante la interrupción, también irritado pero muy confuso.

𝐇𝐄𝐀𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓, ᴅᴇᴀɴ ᴡɪɴᴄʜᴇꜱᴛᴇʀOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz