Capítulo 42

1.4K 102 32
                                    

N/a: *pensando que el capítulo le estaba quedando tan largo que mejor lo dividía en dos partes* nah, ni modo, ya han leído capítulos largos así que uno más, uno menos, no le hace daño a nadie jeje

queda un capítulo más y el epílogo *llora*

Filadelfia, veintiséis de junio, 2020

Narra Harry Styles

La música sonaba con fuerza por todo el local y la mezcla de luces parpadeantes con el alcohol en mi cuerpo lograban marearme un poco, pero no lo suficiente.

Estábamos celebrando el inicio del tour con el equipo y algunos amigos más, bailando, bebiendo y conversando. No recordaba la última vez que bebí tanto en una noche así, a tal punto de tener que pestañear un par de veces para que se me aclarara la vista. Igual atribuía todo mi cansancio al largo vuelo de Londres hasta Los Ángeles y luego de Los Ángeles hasta aquí, y a todas las energías que gasté en el concierto de hace unas horas. Simplemente quería irme a dormir al hotel y despertarme temprano al día siguiente para hablar con Lena antes de iniciar mi día, pero Mitch y Adam insistieron en que deberíamos celebrar el comienzo de la gira con esta tradición.

Me encontraba solo en la mesa, terminando uno de los tantos vasos de whisky que me había pedido y haciendo una mueca siempre que el líquido pasaba por mi garganta. No sabía por qué había decidido por este tipo de trago, siendo que me gustaba más disfrutar del sabor del vino, pero claramente, los chicos habían logrado convencerme que el tinto no era adecuado para este tipo de ambientes.

Mitch y Sarah se acercaron, un poco alegres también a causa del alcohol y tomaron asiento en la mesa, jamás quitándose las manos del otro.

—Cambia esa cara, Styles —Mitch arqueó una ceja y yo rodeé los ojos, tratando de eliminar cualquier atisbo de celos que me producía verlos juntos.

—Aw, no seas así —Sarah sonrió enternecida y apretó mis mejillas con cierta torpeza a causa del alcohol—. El tiempo pasará volando y antes de que te des cuenta, volverás a ver a Lena.

Me encogí de hombros, algo desanimado al percatarme que la gira estaba recién comenzando. No me malentiendan, estaba jodidamente feliz y emocionado de viajar por todo Estados Unidos y presentarme frente a miles de personas. Amaba hacer mi trabajo y el hecho de que era bien recibido por mis fanáticos me hacía amarlo aún más. Pero el problema era que me había acostumbrado a la presencia de cierta enfermera, que en meses logró colarse dentro de mi piel con su personalidad y forma de ver la vida, que simplemente encantó mi corazón y mi mente, y que mierda, iba a extrañarla horrores.

Cualquiera diría que se me haría fácil, ya que había pasado casi toda mi carrera en la industria musical sin tener que preocuparme de una segunda persona cada vez que debía viajar y que ya debía de estar acostumbrado, pero ahora teniendo a Lena May en mi vida, iba a ser totalmente diferente. Sabía que ella podía cuidarse por su cuenta, pero aun así tenía la necesidad de protegerla frente a cualquier cosa, y el hecho de estar a un océano de distancia, complicaban las cosas.

Solté un bostezo y vi la hora de mi reloj de muñeca. Eran un poco más de las doce de la noche y no evité preguntarme en qué estará Lena en estos momentos. Moría por saber de ella luego de haberle dejado ese buzón de voz en su teléfono hace unas horas, pero sabía que en Londres era de madrugada y posiblemente estaría durmiendo.

Tomé mi tarjeta y me levanté de la mesa, bajo las miradas llena de duda de mis acompañantes.

—Me iré a dormir, estoy exhausto —le tendí mi tarjeta a Mitch y le lancé una mirada de advertencia—. No abuses.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora