Capítulo 28

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N/a: déjenme decirles que AMÉ que se hayan preocupado tanto por Lena en el capítulo anterior <3 son tan tiernas jaja

Aquí nuevo capítulo, ya se vendrán actualizaciones más seguidas porque tendré más tiempo, espero que les gusteee <3


Londres, veintitrés de abril, 2020.

Mis ojos se abrieron con pesadumbre, apenas tenía las fuerzas de abrirlos por completo. Sentía como si millones de camiones me hubiesen atropellado, mis músculos contraídos y adoloridos, sumado a un dolor de horrores en la parte derecha de mi rostro y en el pecho, un peso constante que impedía que respirara adecuadamente.

Miré a mi alrededor y me percaté de Sam y Mariam hablando en la entrada de la habitación. Ella lucía muy preocupada, mientras que él la reconfortaba apoyando las manos sobre sus brazos, moviéndolos de arriba para abajo.

Tragué saliva con dificultad, sintiendo mi garganta seca y me removí algo incómoda. Sentí a alguien moverse a mi lado y miré por el rabillo del ojo que se trataba de Tess, quien se había levantado de la silla para acercarse a mí.

—Dios mío, Lenny —su voz preocupada fue lo primero que escuché mientras tomaba mi mano con la suya—. Qué bueno que ya despertaste.

—Tengo sed —musité—. Y me duele...

Moví mi mano libre hacia la sensación de algo que me estaba pinchando en el costado y me detuve de inmediato al percatarme del drenaje que salía de mi piel. Lo observé con cuidado, un vendaje cubriendo la zona de inserción mientras el tubo descendía hasta llegar a un recipiente en donde el agua burbujeaba.

—Hablaré con Sam y le avisaré que ya despertaste —me dijo y se sorbió la nariz, limpiándose con rapidez la comisura de sus ojos.

—Tess...

—Estaba muy preocupada, Lena —soltó con la voz entrecortada—. Sabes que mi cabeza es experta en pensar lo peor y creí que...

Enmudeció y sacudió la cabeza, dibujando una sonrisa en sus labios.

—Pero ahora estás bien —suspiró y yo le sonreí, haciendo una mueca de dolor ante el gesto—. Ya vuelvo.

Caminó los pasos que la separaban de la puerta e intercambió unas palabras con Sam y Mariam, quienes miraron en mi dirección y una amplia sonrisa recorrieron sus facciones.

Ambos se acercaron a cada lado de la cama.

—Menudo susto que nos diste —habló Samuel mientras levantaba un poco mi bata del hospital para observar el tubo que me atravesaba, al mismo tiempo que Mariam manipulaba mi vía venosa para administrarme algún analgésico para aliviar el dolor—. ¿Te acuerdas de lo que pasó?

—Me asaltaron —afirmé mientras me incorporaba ligeramente, acomodando el respaldo de la cama con los botones que se encontraban a un lado, poco a poco los analgésicos haciéndome un efecto inmediato—. Creo que lograron quitarme el bolso con mis documentos y mi dinero, pero el teléfono no.

—¿Por qué simplemente no lo diste y ya? —Mariam se cruzó de brazos y me miró con enojo. Estaba molesta.

Me encogí de hombros—. No lo sé... no quería que me robaran. Me da pereza tener que sacar todas las tarjetas e identidades de nuevo.

Ella rodeó los ojos y alzó una mano, seguramente para golpearme el brazo tal como la otra vez cuando perdí la conciencia por la fiebre, pero se detuvo ante la mirada penetrante de Sam.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora