Capítulo 33

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Londres, cinco de junio, 2020.

Narra Harry Styles.

—Harry, si sigues mirando así tu celular, quedarás con los ojos cuadrados —la voz de mi mamá hizo que sacara mi vista de la pantalla para observarla, una sonrisa divertida plasmada en sus labios mientras lavaba los tomates—. No son ni las cinco de la tarde.

—Lo sé, lo sé —sacudí la cabeza y guardé mi teléfono con manos temblorosas, levantándome para ayudarla y así mantener mi mente ocupada en otra cosa—. Es sólo que ya debió haber dado la prueba en la mañana, pero no responde mis mensajes.

—Déjala respirar, debe estar descansando su pobre cerebro en estos momentos —dejó los tomates sobre la tabla de cortar y se acercó a mí, colocando una de sus manos sobre mi antebrazo—. No te preocupes.

—Eso me dijeron la última vez que pasó algo como esto y terminé visitándola en el hospital, mamá.

Ella me sonrió aprensivamente y besó mi mejilla, acariciando mi cabello como siempre lo sabe hacer para tranquilizarme siempre que me encontraba nervioso. Me obligué a mi mismo a no pensar en lo peor y respiré profundamente. Ya sería el colmo que le pasara algo camino a mi casa.

Mamá había llegado hace un par de horas para tener nuestro momento solos y ponernos al día. Habíamos decidido que la cena de hoy será tacos, algo simple, fácil y rico para consentir nuestro paladar.

Siempre trataba de pasar todo el tiempo que podía con mi familia cada vez que terminaba algún tour, ya que ahí tenía algunos periodos de descanso antes de seguir trabajando con mi música y otras cosas. Quería invitar a Gemma, pero estaba tan ocupada con algo de su fundación que quedamos para otro día. Lo bueno era que iba a tener a mi mamá para todo el fin de semana. Y estaba muy emocionado de que al fin iba a conocer a Lena.

Aún recordaba como si hubiese sido ayer el día en que mi mamá me llamó angustiada, preguntándome si estaba bien. Había visto en su twitter que me vieron entrando al hospital y que no salí hasta el día siguiente cuando partí a Manchester, y nadie, ni siquiera Jeff, había dicho algo al respecto, provocando así que se formaran millones de especulaciones sobre mi salud. Ahí fue cuando le mencioné a Lena y prácticamente le conté absolutamente todo sobre ella. En el minuto en que le expliqué que fue ella quien me salvó la vida, mi madre de inmediato demandó en conocerla y me reprochó el hecho del por qué no se la había mencionado antes. En ese momento jamás pensé que Lena se iba a convertir en una parte importante de mi día a día, jamás pensé que iba a terminar enamorándome de ella.

Sabía que había tomado por sorpresa a Lena cuando le dije que quería que conociera a mi mamá y no encontré nada más adorable que verla absolutamente nerviosa mientras se negaba constantemente, sacando a la luz sus dudas e inseguridades. No le veía nada de malo; yo ya conocí a sus hermanos y hablé con su madre por teléfono y no me puse tan nervioso... bueno, sólo un poco.

Volví mi atención al teléfono y decidí tomar la iniciativa de llamarla. Me llevé el aparato al oído mientras le depositaba un pequeño beso en la mejilla de mi acompañante y salía al jardín para poder conversar tranquilo.

¿Tú mamá no es alérgica a algún ingrediente del tiramisú? Digo, para no matarla —fue lo primero que me dijo cuando contestó la llamada y no evité en soltar una estruendosa carcajada—. Harry Edward Styles, ¡esto es serio! —trató de mantenerse serena pero una risa logró escaparse.

—No, cariño. Tranquila —negué divertido con la cabeza—. ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en la prueba?

Estoy feliz de que ya no tendré que pasar horas y horas estudiando —escuché algo de ruido en la otra línea, haciéndome saber que estaba ocupada—. Dormí como un oso cuando llegué, perdón por no haberte contestado los mensajes.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora