Capítulo 13

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Londres, seis de marzo, 2020.

—¿Y te dejó de hablar, así como así? —Tess me preguntó mirándome a través del espejo.

—Así como así —repetí sus últimas palabras con un suspiro, mientras la veía colocándose máscara en sus largas pestañas—. Absolutamente nada desde la semana pasada. Traté de hablarle, pero se la pasa ignorándome.

—Yo creo que se le pierden tus mensajes —guardó su rímel en su botiquín y prosiguió con echarse labial en la boca.

—Pensé en lo mismo hasta que me fijé en que sí los lee —puse los ojos en blanco y salí del baño, lanzándome de espaldas a la cama—. Era de esperarse, sinceramente. Es imposible que alguien como él se fije en alguien como yo.

En menos de cinco segundos escuché los pasos de mi mejor amiga correr en mi dirección, y algo pequeño y duro cayó en mi cabeza, haciendo que me quejara del dolor y llevara mi mano hacia la zona afectada. Me incorporé, apoyando mis codos en el colchón. Tess me miraba con su cejo arrugado y sus dos manos puestas en su cintura.

—Nunca vuelvas a decir eso —me regañó, apuntándome con su dedo índice—. Jamás fuiste insegura, Lena May, y no debes permitir que cualquier hombre te haga sentir de esa manera, ni aunque se trate de Harry Styles.

—Como sea —bufé, omitiendo cada palabra que salió de su boca y volví a apoyar mi espalda en la cama—. Todo era demasiado bueno como para ser verdad. Y ya no quiero hablar más del tema por mi salud mental.

Tess se acercó y se sentó a mi lado, abrió los labios para decir algo pero los cerró al instante, arrepintiéndose.

—Bueno, dejemos las caras largas y vámonos de fiesta —me animó, levantándose y tomando mis manos para ponerme sobre mis pies—. Vamos a compensar las noches que perdimos porque estuviste enferma.

—Sólo fueron dos fines de semana —me reí mientras mi amiga me empujaba al baño para ayudarme a ponerme el maquillaje. Ella puso los ojos en blanco y soltó un bufido algo travieso.

Maldita adicta a las fiestas.

***

Fuimos al antro de la otra vez y nos instalamos de inmediato en la barra. Tenía muchísimas ganas de despejar mi mente y dejar toda preocupación atrás. Y qué mejor que hacerlo con muchos mojitos y tequilas con la mejor compañía.

Ya llevábamos unas buenas horas pasando alcohol por nuestras gargantas, y la verdad es que no quería detenerme. Toda esta situación con Harry me había estresado.

—Joder, quiero sexo —fue lo primero que dije luego de tomar otro shot de tequila, e hice que Tess soltara una sonora carcajada.

—¡Lena!

—¿Qué? —pregunté con falsa inocencia y miré a mi alrededor, buscando un posible acompañante para mi noche.

Tess colocó su mano en mi mejilla y la giró bruscamente para mirarla.

—Estás... estamos ebrias, pero no permitiré que hagas algo estúpido —me dijo, esta vez más seria—. Tú no eres así.

—Me importa un comino.

Estaba más que consciente que el alcohol había golpeado cada rincón de mi organismo, tanto que empezaba a ver doble, la garganta la sentía seca y mis extremidades parecían volar. Estaba segura de que, si llegaba a levantarme de la butaca luego de estar varias horas sentada, me iba de bruces al suelo.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora