Capítulo 32

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N/a: mil gracias por sus votos y comentarios, me llenan el corazón <3 y bienvenidas también a todas las nuevas lectoras :D. Espero que les guste el capítulo <3


Londres, cuatro de junio, 2020.

Budapest y Moscú. Aquellas ciudades fueron las que dieron por finalizada mi pequeña semana de vacaciones. Una semana de ensueño, de conciertos y de postales maravillosas, y una semana que para mí fue más que increíble porque tuve la oportunidad de pasarla con el hombre más perfecto del mundo.

Aun no podía creer que Harry Styles me amaba como yo a él. Harry. Styles. Aquel hombre que jamás pensé que conocería, jamás pensé que sabría de mi existencia... Siempre que me decía esas dos palabras que hacían mi corazón detenerse, tenía que pellizcarme para asegurarme que no estaba en un sueño, y siempre me sorprendía con que todo lo que estaba pasando era real. Si le contara esta historia a una Lena de quince años se reiría en mi cara.

El viaje en avión desde Moscú a Londres terminó por agotar las energías de Harry. Era entendible ya que estuvo este último mes y un poco más viajando por todo el continente, por lo que apenas pisamos su casa, nos arrojamos al sillón de su sala de estar para dormir una siesta. Bueno... él más que nada, yo tuve que batallar con el sueño para seguir estudiando lo último que me quedaba antes de dar la prueba de mañana.

Su cabeza estaba apoyada en mi regazo, él profundamente dormido mientras que yo acariciaba su rostro y sus rizos con mis dedos, la otra sosteniendo unas cuantas hojas de apuntes. Me sentía bastante tranquila y segura con mis conocimientos, pero aun así estaba el factor estrés y el hecho de que quedaban tan pocas horas para contestar una hoja de papel que me ponía los pelos de punta. También estaba ansiosa; quería acabar con este sufrimiento lo antes posible.

No sé cuánto tiempo pasó desde que llegamos, pero mi estómago comenzó a gruñir clamando por comida. Una profunda risa fue lo que hizo desviar mis ojos hacia abajo, un sonriente pero adormilado Harry mirándome desde arriba.

—Hola, bella durmiente —saludé dejando mis apuntes de lado y acunando su cabeza ahora con ambas manos.

Él se acomodó y cerró sus ojos, dejándose llevar por mi tacto que viajaba de sus pestañas a sus cejas, hasta los perfectos y bien formados rizos que adornaban su cabeza, su sonrisa evidenciando su maravilloso hoyuelo en su mejilla.

—Me quedaría así todo el día —murmuró perezosamente y un nariz rozó mi abdomen con delicadeza, haciéndome temblar—. Pero creo que ya es hora de que comamos algo.

—Suena bien.

Nos levantamos y caminamos hacia la cocina. Harry abrió el refrigerador mientras que yo me encargaba de consentirnos con un poco de vino. Él sacó un poco de verduras y de la despensa sacó quinoa, dejándolo todo sobre la isla del centro de su cocina. Me aceptó la copa de vino que le ofrecía con una sonrisa, hicimos un pequeño brindis y bebimos un sorbo.

—¿Qué estabas repasando esta vez? —inquirió mientras colocaba una olla con el agua y la quinoa sobre la estufa ya encendida.

—Algo con el sistema nervioso —me encogí de hombros y comencé a cortar algunos pimentones en cuadrados sobre una tabla mientras él apoyaba la parte baja de su espalda en la encimera y veía cada uno de mis movimientos.

—¿Sí? ¿Qué trataba? —inquirió y se llevó algunos pimentones a su boca. Adoraba que se interesara de temas así aunque no lograba entender nada de lo que le decía.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora