Capítulo 38

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Belfast, veinte de junio, 2020.

Y efectivamente, vine sola.

A pesar de toda la tristeza que me consumía por dentro, pude mostrar una sonrisa y actuar como la hermana más dichosa en cuanto Jane y Duncan se prometieron amor eterno mediante el "acepto". La ceremonia en sí no era tan grande; de invitados estábamos los familiares y los amigos más cercanos de los novios que aparentemente no tenían nada que hacer durante el fin de semana por lo que no les fue problema viajar a Irlanda para la celebración.

Pero había una persona en particular que sí estaba invitada, y no había rastro de ella. El hecho de haber dejado las cosas tan mal con Harry y no haber sabido nada de él durante todo el día de ayer y hoy me causaba una pena tremenda. Sobre todo, cuando mis padres y hermanos me preguntaban constantemente por él, en donde yo inventaba la excusa de que le surgió algo de último minuto y por eso no pudo asistir, cuando la verdad fue el orgullo y testarudez de ambos que causó todo esto.

En la recepción, recibimos a los recién casados con aplausos y una canción bastante alegre. Apenas llegaron al escenario y le hicieron entrega de micrófonos, empezaron a agradecer la asistencia de todas y algunos que otros discursos por parte de los padres y amigos.

—Y antes de comenzar con la diversión —Jane buscó por el gentío hasta encontrarme, sonriendo abiertamente mientras me hacía una seña con la mano para que me acercara—. Me encantaría que mi pequeña y única hermanita diga unas palabras.

Los aplausos apenas eran audibles debido a que la sangre me bombeaba fuertemente por las orejas cuando todas las miradas se fijaron en mí. Forcé una sonrisa mientras me acercaba, fulminando a Jane con la mirada porque claramente no tenía nada preparado, y hablar en público con tanta improvisación sin duda era una de mis cosas menos favoritas.

Pero era su día, y si ella quería un discurso de su 'pequeña y única hermanita', lo tendría. Uno muy malo, pero lo tendría.

—Bueno, gracias Jane —hice un ademán con la cabeza a su dirección en cuanto tuve el micrófono en mis manos y la habitación se silenció—, en ponerme nuevamente en una situación incómoda porque sabes más que nadie que detesto hablar en público.

Ella torció una sonrisa culpable mientras se sentaba en la mesa y algunas risas la siguieron. Alisé mi vestido y aclaré mi garganta, rezando internamente a que mi cerebro maquinara algunas palabras con sentido en tan poco tiempo.

—Aparte de mis padres, creo que nunca he visto una pareja tan enamorada como Jane y Duncan —continué, sonriendo cálidamente a los aludidos—. Y creo ser la persona menos indicada para identificar un sentimiento tan grande como el amor. Pero hace poco tuve la suerte de experimentarlo...

Hice una pausa y mis ojos viajaron por las caras expectantes a mi discurso, buscando a un hombre en particular. Sentí un deje de decepción al no tener éxito en mi búsqueda, la pequeña llama de esperanza apagándose en cuanto me percaté de su ausencia y no evité en echarme la culpa por lo mismo.

—Y debo decir que es algo desafiante —afirmé—. Es como remar un bote en la mitad de una tormenta, en donde existen olas y olas de problemas que, si uno no lo maneja adecuadamente, el bote se puede hundir. En donde sí o si debes contar con otra persona para compartir los remos y contar con su disposición para salir adelante. Y agradezco que Jane pudo encontrar a su compañero en este tormentoso pero increíble viaje, porque sé que, junto a Duncan, jamás tendrá que remar sola.

Una serie de 'aaws' enternecidos siguieron aquellas últimas palabras de mi analogía, y pude ver como a Jane le comenzaban a aguarse los ojos.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora