Capítulo 29

1.7K 104 35
                                    

N/a: hi, pensé que se merecían otra actualización, las amo y perdón por lo largo :)



Londres, veinticuatro de abril, 2020.

—¿Qué clase de palabra es jarcon? —Harry preguntó con una confusión tan divertida que logró sacarme una carcajada.

—Ammm —vi las fichas sobre el tablero del scrabble, maquinando alguna respuesta creíble para poder ganarme los puntos—. Es una combinación de jarra con... con... con.

—¿Con?

—Sí, con.

Nos quedamos en silencio, mirándonos mutuamente, hasta que una estruendosa carcajada salió de nuestras bocas, yo ignorando el dolor que me produjo el movimiento de músculos de mi cara y de mi pecho ante dicha acción.

Luego de unos exámenes que tuve en la mañana, pudieron sacarme el tubo de mi costado una vez que los resultados de la radiografía arrojaron que mi pulmón estaba bien y tuvieron que hacerme puntos para cerrar la herida. En cuanto tuve la libertad de moverme sin el molestoso aparato, Harry me había propuesto jugar al scrabble para pasar el tiempo, y nos instalamos en el sillón de la habitación con tal de no estar tanto tiempo acostada.

—Devuelva las fichas a su lugar, señorita —movió su dedo índice, y yo rodeé los ojos.

Habíamos jugado otras veces y Harry siempre sacaba su lado competitivo. Y no solamente con el scrabble, sino que con cada bendito juego que compartíamos. Aun así, me parecía adorable su manía y pasión por ganarme.

Sam tocó la puerta y ambos giramos los rostros para verlo.

—Todo marcha sobre ruedas —anunció y se acercó—. Debo coordinar con el fisioterapeuta para tus terapias de rehabilitación pulmonar y puedes irte.

—¿De verdad? —preguntamos con Harry al unísono, yo con voz emocionada y él con un tono preocupado.

—O sea, no es que puedas irte a hacer lo que te plazca —Sam se encogió de hombros—. Debes hacer reposo por lo menos unas dos semanas y asistir a la terapia por un mes, más o menos.

—Eso lo tengo claro, doctor —dije con voz divertida y él rio.

—¿Puede quedarse una noche más?

Miré a Harry confundida. Su mirada estaba clavada en mi colega, toda su parte risueña de hace unos minutos había sido reemplazada por una serenidad que me puso la piel de gallina. Sin verme, estiró su mano por sobre el tablero de nuestro juego y abrió su palma. Instintivamente, entrelacé mis dedos con los suyos y le propiné un ligero apretón.

—No es necesario, Samuel ya dijo que...

—Por favor —pidió, esta vez girando su rostro para mirarme—. En verdad quiero asegurarme de que esté todo perfecto.

—Harry...

—De que puede, puede —Sam me interrumpió, llevándose las manos a los bolsillos de su delantal—. Pero no es necesario.

—Genial, gracias —el rizado sonrió y yo fruncí el entrecejo.

—¿Disculpa? ¿Tienes idea de lo que tendré que pagar? —le pregunté algo inquieta una vez que Sam nos dejó a solas. Harry estiró su otra mano para ocupar la mía que se encontraba libre, llevándoselas a su pecho.

—Yo te pagaré todo, no te preocupes por eso.

—No puedo dejar a Piper solo.

—Tess ya lo está cuidando.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora