Capítulo 4

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Londres, quince de Febrero, 2020

Una sensación húmeda en mi cara mezclado con aliento fétido a pescado fue lo que me hizo abrir los ojos.

—Dios, Piper —hice una mueca y traté de apartar a mi peludo amigo—. Deberían inventar mentas para perros, hueles fatal.

Apenas podía despegar mis pestañas, el sueño era fuerte en mí. Estiré mi brazo hacia mi mesita de noche y desbloqueé mi teléfono para ver la hora, el brillo de la pantalla casi cegándome.

Las siete de la mañana.

Solté un bufido, el cual se mezcló con el lloriqueo por parte de mi perro. Giré la cabeza hacia a él, sus orejas estaban bajadas y sus ojos grandes, ya reconocía a la perfección lo que me comunicaba a través de ellos.

—A la hora que me pides ir al baño, niño —gruñí y, a duras penas, me incorporé de la cama.

Moví mis pies hacia el suelo, sintiendo cada uno de mis músculos contraerse. No podía entender por qué me dolían o por qué estaba tan cansada, si apenas llegué a casa me fui directo a la cama.

Los recuerdos de anoche me invadieron e inmediatamente una sensación extraña recorrió mis tripas. No tenía nada que evidenciaba que lo que pasó había sido real. Pero de igual manera sonreí como una tonta. Haya sido un sueño o no, fue la mejor experiencia que pude vivir en mis veinticuatro años de vida. Me sentía tan bien conmigo misma, tan orgullosa de haber manejado la situación de una forma tan profesional y tranquila que sabía que si me llegaba a pasar otra vez estaría más que preparada.

Siempre mis sueños con Harry Styles eran muy agradables.

Me puse unos pantalones de buzo sobre el pijama y un polerón que era unas tres tallas más grande que la que acostumbraba a usar. Simplemente iba a sacar a Piper a que hiciera lo que tenía que hacer y después me metería de nuevo a la cama. Quería descansar lo suficiente para mi salida con Tess en la noche.

***

Había puesto un poco de música mientras me cocinaba algo para almorzar. Estaba cortando algunas verduras para saltearlas cuando la melodía se interrumpe por el sonido de una llamada entrante. Tomé mi teléfono y atendí.

—Hola Tess, estoy...

—¿Viste las noticias? —preguntó con voz angustiada.

Estaba llorando.

—No, ¿qué pasó? ¿estás bien? —dejé el cuchillo de lado para poner toda mi atención en mi amiga—. ¿Quieres que vaya a tu casa?

—Dios, Lenny —soltó un bufido—. A veces me da la impresión de que vives en una cueva. Revisa lo que te mandaré.

Y dicho esto, colgó el teléfono.

Me metí a la conversación que tenía con ella y en menos de cinco segundos me llegó un link de lo que parecía ser un artículo de prensa. Lo cliqueé y sentí desvanecerme al ver el enorme titular que cubría la pantalla.

"Harry Styles sufrió violento asalto a mano armada"

Entonces me percaté que todo había sido real, que no había sido un sueño. Me apoyé en la encimera con las manos, el teléfono entre éstas mientras trataba de regular mi respiración. Por una extraña razón, comencé a tiritar al mismo tiempo que mis ojos recorrían las palabras del artículo.

Decía que el cantante había sido interceptado por un grupo de tres personas mientras caminaba de vuelta a su casa. Mentira, yo había visto con mis propios ojos aquellos que salieron persiguiéndonos por la carretera y estaba segurísima que eran más de tres personas. También mencionaron que él no se había pronunciado, pero que una fuente cercana a él aseguraba que estaba bien y tranquilo.

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora