Capítulo 24

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N/a: estoy ignorando el hecho que tendré como 5 horas para dormir jeje pero quería subirles este capítulo <3 espero que les guste!


Londres, veintinueve de marzo 2020

Salí de la oficina con la cabeza dándome vueltas. Tantos términos nuevos, nombres desconocidos y hasta materiales de cirugía que jamás había escuchado en mi vida terminaron agotando las pocas neuronas que me quedaban. Era la primera reunión con el comité y decidieron partir de lleno con el contenido de la conferencia que daremos en octubre de este año.

Volví a casa exhausta y lancé mi abrigo al sofá, al mismo tiempo que me desparramaba sobre éste soltando un suspiro de cansancio. Por mí dormiría mil horas hasta el día siguiente, pero la presión constante de seguir estudiando para la prueba me carcomía. Debía aprovechar cada minuto.

Piper se acercó a mi lado con su hueso de hule color rojo entre sus dientes, y lo posicionó con cuidado a un lado de mi mano. Lo miré de reojo y mi corazón se apretó al verlo con esa mirada que pedía tiempo para jugar.

—Ahora no, amigo —estiré mis extremidades y miré hacia afuera. El día estaba precioso, perfecto para sacar a Piper a correr por ahí sin que termine con sus patas sucias. Sólo esperaba a que no se largara a llover cuando sea de noche.

Me levanté con pesadez y me preparé un café para despertar y tener las energías suficientes para incorporar más términos y conceptos a mi pobre cabeza. Saqué todo lo que necesitaba para estudiar: textos, mis apuntes universitarios, lápices para destacar y mi laptop. Me senté en la mesa del comedor, ya que era el único espacio que contaba en mi departamento que me proporcionaba el ambiente adecuado para concentrarme y, haciendo caso omiso a los quejidos de mi perro, comencé con lo más básico, partiendo por la fisiología del cuerpo humano, la fisiopatología, farmacología... Buscaba de repente conceptos que no me acordaba o que no lograba entender en internet y escribía una y otra vez sobre mis apuntes, esperando que así quedara grabado en mi cabeza.

Y así había sido mi rutina últimamente. De los cinco días que tenía supuestamente para descansar del trabajo, dos de ellos me los pasaba con el comité y el tiempo que me sobraba lo usaba para estudiar, con suerte dedicándome a mis horas preciadas de ocio. Y eso también conllevaba a menos tiempo de hablar con Harry o pasar tiempo con él. Sin embargo, él había sido tan considerado que me daba el espacio para dedicarme a mí misma, y de repente me enviaba algún que otro detalle para animar mis tardes de estudio. Lo mejor era que él entendía lo ocupada que estaba, por lo que no me reclamaba el hecho de que pasaba horas sin contestar el teléfono. Tampoco pensaba en que debía reclamarme algo ya que él también tenía mucho en su plato como para dedicarse a...

El timbre sonó de repente, poniéndome en alerta. No esperaba a nadie, y normalmente cuando alguien venía de visita, me avisaban desde la recepción. Miré la hora y me percaté de que llevaba unas buenas horas estudiando, además de las tres tazas de café vacías que estaban sobre la mesa.

Piper esperaba atentamente a la puerta, su cola tiesa mientras yo me levantaba de la silla y atendía a quien sea que fuese tras la madera.

—Hola, Lens —casi me fui al piso al ver el responsable con una amplia sonrisa y una caja de chocolates entre sus manos.

—¡Harry! —solté con una sonrisa mientras me besaba la mejilla y lo dejaba pasar—. ¿Qué haces aquí? Pensé que ibas a estar igual de ocupado que yo.

—Creí que sería buena idea tomarnos un merecido descanso —comentó mientras se sacaba el abrigo y lo colgaba en la entrada, saludando brevemente a Piper en el proceso—. Sé que has trabajado muy duro estos días, ¿no es así, compañero?

Sincerely, yours » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora