Errores

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Todos comenzaron a correr hacia la playa adentrándose en ella.

—Vamos Mad —dijo el chico que conocí hace diez minutos,  a lo que asentí con una risa y mire a los demás, Lucas y otros que quedaban.

—¿Qué esperan vamos?, levanten esos traseros y vamos —muchos se rieron y se comenzaron a parar.

Corrí hasta el agua y nos comenzaron a mojar, el chico, Matías, no, Juan, No. Ya recordé, Mike. Es un lindo nombre. Comenzamos a besarnos y tocarnos, luego todos nos devolvimos a la casa de Caro.

Observación: El chico sí que tenía experiencia.

—Oye!, ¿vamos? —no se a donde carajos pero le dije que si. Estaba bien borracha.

Caminamos torpemente por el pasillo.

Casi me mato por caminar en reversa, pero que curiosa soy.

Comencé a tararear una canción que ni yo misma sabía cuál era.

—Esa canción la conozco —hablo él señalando y tratando de recordar, comenzó a tararear igual que yo, pero luego reímos porque ninguno dijo cual era.

Llegamos a la habitación, nos comenzamos a besar y nos dejamos llevar por el momento. No era amor, imposible, solo era atracción y efecto del alcohol. Beso mi cuello, lamió, mordió y chupó dejando rastros húmedos en el, desabrocho mi short dejándome en solo vestido de baño, continuo besándome, sabía a alcohol, sus labios eran embriagantes, chupo y mordió mi labio inferior y luego tomó mis muslos y me subió a sus cadera llevándome a la cama. Me puso en ella con cuidado y de despegó para quitar su pantalón, no sé en qué momento le quite la camisa, debo haber olvidado, puf el alcohol.

Ay virgen santísima! Este hombre sí que está buenísimo, sus hombros eran anchos, sus brazos fuertes y musculosos, sus pectorales más abajo sus cuadritos bien hechos y duros baje más la mirada y otra cosa también está bien dura. Mi sonrojo fue notorio que enseguida levanté la mirada y él me sonrió de forma muy coqueta y caminó hacia mi posicionándose encima de mi. Me quito el traje de baño y comenzó a besar cada parte de mi, descendió por mi cuello luego mis pechos, mordiendo y lamiendo cada uno, por mi vientre, yo respondía a sus caricias reprimiendo mis gemidos y arqueando mi espalda. Se quitó su bóxer y lo lanzó se puso un condón y todo se volvió oscuro. Eran como destellos y luces parpadeantes.

Un sonido, algo muy ruidoso me despertó.

Ah, claro mi celular, me removí en la cama y sentí algo caliente, era un cuerpo que emanaba mucha calidez al abrir mis ojos y pestañear mire que un brazo me rodeaba mi cintura el cual moví lentamente y me incorpore en la cama cubriéndome y viendo que sucedía a mi alrededor.

Desconozco esta habitación, y con quien estoy, mierda los recuerdos llegaron de a pocos a mi mente, la fiesta, la fogata, Amada con Henry, no. Harry, creo, claro este chico es de la fogata, como termine con el no creo recordar su nombre, eso ya no importa debo buscar mi teléfono y mi ropa.

Me levanté despacio y fui colocando cada prenda que encontraba, al final encontré mi teléfono, tenía muchos mensajes y notificaciones, me dirigí a la puerta de puntilla tratando de hacer el menor ruido posible, no quería despertar al chico y menos enfrentarlo. Gire la perilla y él emitió un sonido gutural al cual me detuve esperando a que siguiera dormido, para mi suerte solo se acomodo mirando al lado opuesto fue mi señal para salir rápido e irme.

En fin el daño ya está hecho tengo que ver si Caro está bien y luego me iré. Camine hacia su habitación y abrí lentamente la puerta, estaba dos personas en la cama, Caro y un chico decidí cerrar la puerta con sumo cuidado ya que no quería despertarlos y ya que comprobé que todo está bien decidí irme a mi casa, el sueño estaba volviendo a mi y necesitaba bañarme, me quedé en estado de shock.

A ver Maddie, ¿se lo puso? ¿Si o no?, la verdad no lo recuerdo.

Piensa, piensa, piensa. ¡Diablos!

Me pegue en la frente con mi palma tratando de recordar, como se te olvidó, no puede ser posible tengo que volver para verificar, seguramente si se lo puso y no lo recuerdo en más no recuerdo casi nada de lo que pasó en el cuarto, de todo lo que hicimos si fue que hicimos algo. Volví por el pasillo en putillas, esta vez pude notar los vasos en el piso, alcohol y otras cosas, llegué a la última habitación de la cual salí no hace cinco minutos, abrí la puerta lentamente y él estaba abrazando la almohada buena señal.

Entre dejando la puerta entreabierta y comencé a buscarlo. Donde estarás maldito condón, en serio no te puedes perder, necesito saber su existes. Moví su ropa, unos zapatos, mire la basura y me di cuenta de donde estaba, si ok ya comprobé que si existes no hay necesidad de ver más. Que bochorno.

Me voy antes de que pase algo que no quiero. Regrese despacio y logre salir girando la perilla con cuidado y gire escuchando un ruido, exactamente una puerta. Volteo lentamente y veo salir de la puerta del frente a Amanda, tenía sus sandalias en la mano y su cabello está revuelto, lo acomodaba con la yema de sus dedos y su maquillaje estaba intacto, seguramente yo era un desastre cosa que no me importo mucho.

No me noto, llevaba la cabeza agachada, como si estuviera decepcionada o triste y ahí lo vi.

Estaba recostado en la cama, con su torso desnudo y las sábanas tapando lo que restaba de su cuerpo, atacaba su cabello con su mano derecha de forma violenta, como si estuviera frustrado o enojado, me quedé plantada en la puerta, era ese chico molesto de aquella noche y ahí recordé la charla de ayer en la cocina.

—¿Buscas algo?

Deadly LoveWhere stories live. Discover now