El lago de los cisnes

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Llegamos a la locación, había mucha gente. No me pude separar de Tania enseguida, por lo que saludé a personas y me toco entablar conversaciones con algunos. Después de un rato vi a Lucas de lejos. También a Theo y a Caro.

—Buenas noches, la tomo prestada un segundo —Harry le dijo a Tania y ella aceptó —.¿Podemos hablar?

—¿Que sucede?

—¿No pensabas decirme nada? En serio Maddie —no se de que habla.

—A que te refieres...

—Los secuestros, las amenazas y tu hermana —lo aparte de, temiendo que Tania escuchara.

—¿Cómo sabes?

—¿Que cómo se? Por Dios Maddie. No es lo importante —se acerco a mi —disimula lo que te voy a decir, no puedes alterarte.

—Me estás preocupando Harry...

—Mandy es la culpable, de todo. Ella planeó todo y tú sigues cayendo redondita —susurro —justo ahora nos está viendo. No voltees. Actúa normal, sonríe —me sonrió —.Cómo si estuvieras feliz de verme.

Le sonreí lo mejor que pude.

Sabía que algo estaba mal, por que nos buscaría si no necesita nada, sus padres adoptivos la dejaron bien económicamente.

Solo había una respuesta: venganza. Quiere que suframos, que paguemos por su dolor todos, los que tuvieron la culpa y los que los rodean.

—¿Estás seguro, lo averiguaste tú solo? —asintió.

—Maddie, no cometas una locura. Dime que planeas hacer, te ayudaré.

Le conté mi plan nuevo. Maldición, sabía que algo así pasaría. Me prepare bien. Solo el sabía el nuevo plan y Theo. No podía poner en riesgo a nadie más. Nos despedimos como amigos.

—Mi niña preciosa, nada más mírate —mi padre acuno mi cara —preciosa, mi niña, creció tanto.

Sabía que ella estaba mirando. Ella no podría ver a su padre como deseaba.

—Padre a las diez de la noche, podrías ir a la sala video de este lugar, por favor? Te estaré esperando —lo pensó, pero termino aceptando.

Me despedí y fui con Theo.

—Theo, se cancela el primer plan. Tenemos que tener cuidado, ella lo planeo todo.

—La haré pagar —negué.

—Probablemente nos está viendo, actúa normal. Debemos tener cuidado —suspiro —debes confiar en Harry.

—¿Por qué, el sabe? —asentí.

—Era amigo de Scott, yo confío en el, me ayudo y fue el que me dijo sobre lo que te acabo de decir.

—Bien, deberías pasar tiempo con Lucas, diviértete.

Llegó Lucas, como si lo invocara. Trate de pasarla bien con el. De disfrutar de su compañía. No bebí ni una sola copa, aún así me la pas bien con el, Lucas era muy chistoso.

—Ellos perdieron la apuesta y les tocó ir en falda a la universidad, puedes creer, fueron la sensación del bloque —me reí.

—¿Te imaginas donde te hubiera tocado ir a ti? —,fingió tener escalofríos.

—¿Ya te había dicho lo hermosa que te ves hoy? —entrelazó su pulgar con mi meñique.

—Como unas cinco veces, si —sonrió.

—¿Quieres ir a otro lado antes de que sea la hora?

—Por favor.

Salimos discretamente, nos reíamos por el pasillo, mientras el trataba de atraparme, solo porque no le di un beso. Luego cuando se lo iba a dar me rechazo, siguió caminando, ignorando mis llamados.

—¿Me dejas darte un beso, amor? —no se de donde salió eso.

Me quede quieta e infle mis mejillas, se paro de golpe y volteo.

—¿Cómo me dijiste? —aún asombrado.

—Nada —se acercó rápido.

—No, espera, ¿como me dijiste? —sonrió.

"Amor" repetía en mi cabeza.

—A este paso terminaremos bailando —me burle.

Ya que el no me dejaba avanzar.

—No es mala idea —Lucas tomo mi mano y mi cintura.

La canción se escuchaba hasta en los pasillos

—No baila nada mal, señorita Smith —me dio una vuelta.

—Bueno ya sabes, años de experiencia bailando con chicos —me encogí de hombros.

Enchino los ojos y aguante la risa.

—Te quería mostrar algo, ven —me tomo de la mano y me guío.

Entramos a un salón. Había un piano de cola, como nuevo, solté su mano y fui a él rápido.

—Es hermoso... un Steinway D-274 —lo acaricié con la pinta de mis dedos, con miedo a mancharlo —¿cómo supiste de esto?

Es obvio que siendo este piano no lo dejarán abierto para el público. Cuesta una millonada.

—Nada me queda grande —se acercó —Bien y que esperas, toca.

—¿En serio puedo? —me llevo al taburete —debo estar algo oxidada.

Mire las teclas, nerviosa, sólo tocaba para mis padres, pero en especial para mi abuela cuando era pequeña, ella me apoyó y descubrí en que podía ser buena, luego para Scott, no era capaz de tocar en presencia de cualquiera, no era pánico, sólo que no era de mi agrado satisfacer a otros tocando, lo se, era egoísta. Ya estas lo suficientemente grande para saber que eso es una estupidez, toca el maldito piano de una vez. Me dije mentalmente.

Y así lo hice, levante y posicione mis dedos en las teclas correctas para tocar la melodia en mente. Comencé a tocar la pieza El lago de los cisnes, la melodía era perfecta. De mis favoritas, Todo iba bien, hasta que recordé a quien en específico se la enseñe cuando aprendí esta melodía y las muchas otras canciones que le mostré.

No. El ya no está. Ahora está Lucas y tocare para mi y para el, toque con audacia, como mejor sabía hacerlo, lo vi sonreír y me contagió, terminando la pieza y dando por finalizado el show. Retire mis manos de las teclas y baje el la tapa.

Aplaudió y hizo hurras, me reí.

—Fue maravillosa esa pieza. Para mi fue un placer y dicha escucharla —me ofreció su mano y la tomé, estrechándola.

Nos recostamos en un mueble, viendo el cielo. El techo tenía un círculo el cual era de vidrio y te dejaba ver el cielo.

—¿Querías ser pianista, que te hizo cambiar de opinión? —entrelazó nuestras manos.

—Tania, descubrí el piano por mi abuela. Al morir, años después Tania se deshizo de él, no me veía un futuro con el, ella quería que fuera modelo, pero tampoco lo hice —sonreí —terminé estudiando algo que si me gustaba y tú? Siempre quisiste eso?

—Estudiaría finanzas, pero es muy aburrido —resoplo —deberíamos ir, ya es hora —lo mire preocupada —.estaré ahí, no pasará nada. Antes, quiero darte algo.

Pero si iba a pasar Lucas. Todo podría salir muy mal y no quiero que estés ahí, ese es el problema.

Deadly LoveWhere stories live. Discover now