¿No? entonces es un si

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Me duche y me puse una sudadera y una blusa ancha. Baje por algo de comer. Al llegar a la cocina me encontré a Nadine, estaba limpiando la mesa, tenía su uniforme y su cabello recogido en un tomate.

—Nadine —salude y me puse a buscar algo de comer.

—Mi niña, buenos días o ¿buenas tardes?

Nos reímos, durante esta semana me la pase durmiendo, en mi cuarto y Nadine traía comida a mi habitación. No tenía nada, ni me sucede nada malo, solo quería descansar y estar en casa. Desayune acompañada de una charla muy agradable con Nadine.

—¡Pero no quiero ir! Puedes darle una excusa cuando venga por mi? Porfis?, yo me escondo en cualquier lado, prometo devolver el favor.

—¡Ay! Mi niña, debes salir y divertirte. Estas muy joven, disfruta de tu juventud como tus amigos.

—Supongo que es imposible persuadirte.

Sobo mi espalda y salió de la cocina.

Termine durmiendo en una silla de playa.

Góticas de agua comenzaron a caer en mi cara, abrí los ojos de apoco.

—¿Estás loca? —le manoteé y me incorpore en la silla.

—Duermes mucho, ya creciste lo suficiente, anda se nos hace tarde.

—¿Tarde, para que o que? —me pego un pequeño golpecito en la frente.

—Sigues dormida, para la fiesta, dah!

Me tomó del brazo llevándome a mi habitación nuevamente.

Llegamos y comenzó a buscar en mi closet.

—Quítate esa ropa.

Me quite la ropa, quedando en ropa interior y espere a que saliera.

—Ponte esto.

Me tendió una falda de cuero negra, con una blusa blanca. No proteste y me lo puse.

—A veces dudo de mi sexualidad cuando estoy contigo.

Le lancé un beso y soltó una risa y comenzó a buscar unos zapatos.

—Parece que iré a un funeral.

—Me mire al espejo, la blusa estaba encaja en la falda y en la parte del pecho era suelta, la falda se moldeaba con mi figura y no era tan corta.

—No seas ridícula, ¿zapatos o tacones?

—No te dejaré ponerme tacones, ya es el colmo ir —.tomé unos tenis negros.

—¿A donde creer que vas así? —me tomó de los hombros y me sento frente al tocador.

—No me maquilles mucho, algo sencillo.

Agradecí que al terminar el maquillaje, que fue rápido no me queje.

—Vámonos, ahora si.

Salimos de la casa

Llegamos a uno de los lugares más transitados de discotecas. Caro y yo veníamos muy seguido a escondidas siempre que podíamos. Nos bajamos del coche y entramos a uno de nuestros lugares favoritos. Lüilly, como siempre estaba repleto. Nos sentamos en la barra de tragos contemplando nuestro alrededor.

Caro llamó a Nicky, nuestro amigo que sirve tragos.

—¿Qué hay chicas? —Nicky físicamente era un chico muy guapo, la mayoría de las chicas venían al bar solo para coquetear con el.

Era rubio, un poco musculoso, con mirada de color azul y interiormente era muy amable y chistoso, las chicas siempre buscan a chicos que las hagan reír y pues quien más que Nicky con todas esas cualidades.

—Nicky, amigo, tanto tiempo sin vernos. Danos tus mejores tragos!

—Enseguida salen —dio la vuelta para preparar los tragos.

El ambiente estaba de maravilla, se sentía la buena vibra que transmitía por todos lados. Este club era muy famoso, muchos venía y usualmente estaba repleto, habían días que no podían entran más personas de lo lleno que estaba.

—No crees que Nicky se puso más guapo este verano? —saliendo de mi ensimasmiento mire a Caro, extrañada.

—¿Que? —la música estaba fuerte, no entendí.

—Aquí están sus tragos, chicas —Llegó Nicky en ese preciso momento.

Entablamos una conversación poniéndonos al día, hasta que Caro quien tenía tiempo coqueteando con un chico se fue de la mesa, dejándonos solos.

—Parece que Caro ya encontró a su presa.

—O ella es la presa -me encogí de hombros y terminé mi bebida de un solo sorbo —esas chicas posiblemente me maten al salir de aquí.

—No me interesa.

—¿A Nicky no le interesa una chica guapa? eso si que es nuevo —.ante mi comentario reímos.

—Sabes que esto solo es un trabajo parcial, ahora no busco una chica para algo serio.

—Cierto, solo sexo ocasional, nada serio —imite su voz y el me hizo mofa.

—¡Ey! Nicky deja de parlotear y has tu parte —un compañero lo llamo.

—Me tengo que ir, nos vemos al rato.

Se marchó, y durante un rato aún sentada y tomando de mi vaso un recuerdo pasó por mi cabeza, no he encontrado nada, tan torpe soy o quién está queriendo jugar conmigo? En primer lugar; ¿por que fui como una loca buscando pistas?, ¿Por qué le estoy creyendo a ese sujeto?, pero sí tuvo razón al decir que Tania ocultaba algo, ya no se que pensar. ¿Y si me esta observando?

Por otro lado no dejo de pensar en el día de la boda que tan estúpida fui para dejar que pasara eso con Lucas, no miento una que una que otra vez pensaba en eso, tampoco es como si lo fuera a ignorar o hacer que no paso, seria imposible.

—Hola, Linda —llamó una voz masculina poco irreconocible, saliendo de mi ensimasmiento.

—¿Hola?

El chico comenzó a entablar una conversación y normalmente yo la seguí.

Luego de un rato llegó Caro con un chico y nos invitaron a la pista, el chico con el que me encontraba insistía en sacarme a bailar, al principio me pareció muy intenso y fastidioso, Nicky lo noto y me preguntó qué si estaba todo bien y asentí. Para conveniencia del chico acepte luego de tantas insistencias, bailamos normal, como cualquiera otra pareja. Conocimos a su grupo de amigos los cuales eran buena onda, pero algo me decía que no estaban del todo lúcidos.

—Toma, bebe un poco debes tener sed.

Era whisky con hielo y lo tomé de una sin pensarlo, yo sabía que no era bueno recibir tragos y menos si provienen de desconocidos.

—Amiga, ¿ese no es Lucas? —señaló por encima de mi cabeza y dirijo mi vista hacia la zona alta, se podría decir que la zona vip.

Efectivamente ahí estaba Lucas. Agradecí que su mirada estaba en otro cualquier lugar y no se fijará que yo estaba ahí, pero fue demasiado tarde, sintió que lo estaban observando y tranquilamente giró su cabeza buscando y su mirada conectó con la mía. Se me fueron las luces, quedé en blanco y no supe como reaccionar, ahí estaba yo como una completa boba admirando lo. Estaba sentado en un gran sofá rojo, las luces hacían que su rostro definido brillará algunas veces, su pose era de un Dios majestuoso, como si fuera inalcanzable. Claro que sólo estaba un poco más alto, pero estoy segura que así sea estando a la misma altura se vería de igual forma. Su rostro no tenía ninguna expresión, sólo tenso su mandíbula y Caro me sacó de mi ensimismamiento.

—Si, creo que es el —Quite mi mirada y me volví hacia Caro.

Yo no "creía", yo sabía que era el.

Deadly LoveWhere stories live. Discover now