Aquellas vacaciones termiran mal

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Todos se quedaron a ver una película de miedo, decidieron dormir juntos. Miedosos. Menos Lucas, que se fue a su habitación.

Lucas se fue a su habitación, fue el único. Siento vibrar mi teléfono y salgo hasta la piscina, para contestar la llamada.

—Necesito que encuentres todos los datos que te pedí, no olvides nada. Tienes hasta el lunes para darme todos los detalles —le ordeno, de forma muy firme y clara. Hablo en tono normal.

—Si, señorita. Si tengo los datos antes, se lo haré saber.

—Donde siempre —le recuerdo a mi detective privado de confianza.

Cuelgo, ya quiero tener esa información. Me adentro a la casa de nuevo y me voy a mi dormitorio. Me pongo una pijama. Trato de dormir, pero se que estoy demorando horas en hacerlo. Me acosté a las doce y ya es son las dos. En algún momento me quede dormida.

Hasta que me levanta una sacudida. Tengo el cuerpo entumecido, estoy sudando y agitada. Me levanto de la cama y me toco la cabeza. Mi cuerpo se siente cansado. Supongo entonces que he estado rígida mientras dormía.

—Estás bien, solo fue una pesadilla —me alarmo al ver a Lucas en mi habitación.

—¿Que haces aquí? —.Trato de buscar una liga para amarrar mi cabello pero no encuentro. Me comienzo ventilar con la blusa.

—Te escuche discutir con alguien, viene a ver si estabas bien —cierto, su habitación está al lado de la mía.

—Estoy bien, no te preocupes.

—No. Estás temblando Maddy —era cierto, pero no importa, desde hace mucho tiempo vengo teniendo estos episodios.

Suspiro y siento como me levanta la cara. Para limpiarme el sudor con su la manga de su sudadera. Me siento muy apenada. Nadie debería verme así y menos si se trata de Lucas. Estoy odiando que comience a conocer mis secretos. Que siempre esté en mis peores momentos. El siempre está en... todos lados.

Me aparto y me levanto de la cama, abro la maleta y saco un cartón de pastillas, me tomo una y bebo del agua que está en mi mesa de noche.

—¿Son para dormir? —pregunta anonadó.

—No. Es droga —bromeó, pero no se reí. Lo veo asustarse —Bromeo.

Me mira mal. Me siento en la cama, mirándolo. Ya estoy muy incómoda con que sepa otro secreto.

—Si quieres puedo acompañarte, dormiré en la cama de Theo —propuso.

Una parte de mi quería que se fuera, la Maddy que siempre pone una barrera y la otra quería que se quedara conmigo. No dije nada, solo asentí. Espero a que me acostara de nuevo y se paro y fue hasta la cama de Theo y se acosto. Solo entraba la luz de la luna. Aunque tome la mitad de una Mirtazapina, siempre demora en hacer efecto. Parecía gusano en la cama, tal vez solo esta noche. No estaría mal. Solo esta noche. Dude, dude mucho.

—Lucas... estás despierto? —tente mi suerte.

—Mmh? —contestó. Sonreí.

—Quieres... —dude de nuevo —¿quieres dormir conmigo? —no escuché respuesta, así que dije lo último que Maddy Smith diría —por favor.

No escucho respuesta, así que pensé que no quería o que se durmió. Cuando siento como levanta las sabanas y se mete en ellas. Me quedo helada mirando el techo. Suspiro y me doy vuelta, mirándolo, el reflejo de la luna ilumina su rostro.

—Gracias —suelto —. Porque aún sabiendo tanto de mi, que nadie sabe, no has esparcido rumores y te has quedado —me sincero—, se que soy una carga.

Deadly LoveWhere stories live. Discover now