Tiempo, secretos, ¿que harás?

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—¿Realmente crees que lo haría?, hay alguien el la casa o había —.susurre, para que solo nosotros pudiéramos escuchar.

—¿Cómo lo sabes?, podrías estar metiendo —se encogió de hombros.

—Dejaron una maldita nota que dice todo lo contrario. Solo creeme, no es de jugar —me miró confundido y tomó el cuchillo.

—Más te vale que no sea una mentira —salió el primero cerrando la puerta y lo seguí en silencio.

Reviso toda la casa, asegurándose de que no había nadie, mientras yo esperaba vigilando a los chicos que aún dormían.

—No hay nadie, ¿por qué mientes? —entró de lo más relajado.

—No miento, en serio, ven, mira —lo lleve la la cocina para mostrarle la nota, solo espero no haber imaginado todo, por favor, aunque sera bueno ya que no habría entrado nadie.

Aún estaba la nota, la señale y el de inmediato la leyó atento.

—Ves que no miento, ahora me crees? —lo sabía, no estaba loca.

Suspiro —no podemos hacer nada hasta que ellos se levanten y estén sobrios —se sentó en una de sillas y apoyo los brazos, lo imite, me senté y observe la nota.

Mientras trataba de pensar en algo o de que se podría tratar. Mientras Lucas impaciente se revolvía su cabello de ves en cuando, hasta que me encontré cabeceando, el sueño me estaba pasando cuenta. El reloj de pared marcaba las tres de la mañana, no aguante mas y recosté mi cabeza en mis brazos, no importa la posición solo seria por un rato, para poder descansar un poco. No sentí que fuera mucho, pero valio la pena. Me levante despacio y mire el reloj, eran las cinco. Mire a Lucas, sostenía su cabeza con sus manos. No dije nada y así se mantuvo por un tiempo, no creo que notará cuando me desperté, sin decir nada me levante y prepare en silencio café.

Luego de servir dos tazas y pasarle una me duche y baje, ya el sol era visible. No lo encontré en la concina, debe estar duchándose, aprovechare y levantaré a todos. Soñolientos y bostezando estábamos todos reunidos en la cocina, creo que aún no se percatan de lo que devoraba el centro de la mesa. Claro, quien sí se daría cuenta con una resaca fatal y que no puede ni con su propia vida ahora mismo.

Ya estando todos juntos, en la cocina.

—Creo que necesitan saber algo—hablé, llamando la atención de todos.

—¿Y eso que sería?, Lucas y tú tuvieron sexo? No sería algo nuev... —Matías no terminó de hablar, porque Felipe le propuso un golpe en la cabeza.

Soltó un quejido y se calló de golpe, literalmente. Me quede en silencio ofendida ante su comentario.

Ok, admito que fue mi culpa lo del beso, pero solo fue un desliz. Aunque, pensándolo bien el me beso luego.

—Si tan solo te escucha, ya estarías muerto, hermano —.Carlos se mojo la mano de agua y lo mojo.

Realmente ese comentario me sacó de quicio, y no es que digamos que por que no dije nada o reaccione brusca no me molestara. De hecho, estaba que me hervía la sangre y mis cachetes también. Disimule lo mejor que pude y me acerque a la mesa, sintiendo sus miradas. Ya hay que ponernos serios, esto es serio a menos de que sea una broma.

—Por si no se dan cuenta, miren —señale el regalo que nos dejaron.

Se asomaron y leyeron en silencio, luego se miraron mutuamente sin saber que decir o de que se trataba.

—No entiendo —.confirmó Caro, confundida al igual que todos en la habitación.

—Verán, luego de que se embriagaron, se quedaron dormidos y poco después escuché ruidos y pensé que eran ustedes, pero estaban todos dormidos.

Deadly LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora