Los adolecentes son así

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—Eh... Tú también te ves muy hermosa —sonrió y paso su mano por mi cintura para comenzar a caminar. Mamá tenía un vestido negro pegado a su cuerpo sin mangas ni tiras, un cinturón dorado abrazaba su abdomen, y con tacones negros su cabello estaba liso y está maquillada muy relajada, solo llevaba labial rojo, rubor, cejas y pestañas. Sus pendientes largos hacían juego con su collar.

—Estas muy nerviosa ,relájate todo saldrá bien —Pasé mi brazo por el suyo.

—Si... recuerdas a Tomás de esta mañana? —asentí —Tiene un hijo y viene esta noche en compañía de su padre, espero te lleves bien con él, por favor por el bien de ambos o solo trata de ser amable sí? —asentí por segunda vez.

Bajamos las escaleras y ella me contaba que me presentaría a algunos de los invitados y tendría que entablar una conversación con ellos, habían empresarios, modistas, camarógrafos profesionales, directores, modelos importantes y reconocidos y muchas más personas importantes.

Bajamos y enseguida fuimos llamados por un grupo de personas, nos acercamos.

—Tania, gracias, la fiesta está de maravilla tenía tiempo sin verte —habló un señor de barba blanca como su cabellera, era flaco y estaba vestido con un esmoquin negro.

—Hola Gregorio, es un placer ya sabes trabajo —se sonrieron y los demás se saludaron formalmente —,ella es mi hija, Maddie —.Me coloco su mano en la espalda animándome a hablar, no tenía ni idea de que tenía que decir pero para mí suerte un señor se anticipó hablar.

—En serio esta es la pequeña Mad? —Un señor de cabello negro, traje azul oscuro, era bien portado.

—Claro ya no estas tan pequeña, has crecido demasiado, ¿como estas, linda?

Sonreí  —Muy bien, gracias y usted? ¿Como la esta pasando? —.eso se me hizo demasiado difícil. Odiaba interactuar personas del trabajo de mamá.

—Me alegra muchos querida, igualmente yo y todos la estamos pasando de maravilla, gracias a tu madre —Sonreí y ellos me sonrieron.

No paso mucho cuando, parecían niños, en serio su actitud era de muy buena vibra, ya no eran tan formales y me incluyeron en su conversación. Conocí además de Gregorio, a él señor García, Osbaldo, y él señor Jaime que era un amor de persona, todos lo eran y ahora estaban contándome sobres sus anécdotas de niños, cómo se conocieron, sobre sus trágicos problemas adolescentes y ahora me contaban de sus conquistas.

—Mad, Osvaldo era todo un galán y las chicas lo perseguían, él no era de nuestro grupo de amigos, pero un día lo ayudamos a esconderse de una chica loca que lo quería fue demasiado chistoso verlo así de rojo —tomo de su copa de champaña y soltó una leve carcajada junto a los demás yo los acompañe —,Luego éramos unos caza-novas en la escuela aunque una vez una chica no gustaba de García por que era muy arrogante y andaba con nosotros y la ayudamos a conquistarla, cosa que fue divertida ver al chico llorando y mal, pero al final terminaron juntos y ahora son esposos —palmeando su hombro y el regalo una sonrisa tomando de su copa.

—Es bueno saberlo —La estaba pasando bien con ellos, aunque no creí que sería así.

—Seguro le caerás bien a todos, eres muy educada y buena escuchando —Dijo Osvaldo —No te preocupes —le regale una sonrisa de asentimiento.

—Mira tu madre te llama —hablo Gregorio y me despedí de ellos con un beso, me hicieron prometer que ahora era de su clan y que éramos amigos.

Fui a donde mamá estaba, con el señor Tomás hablando muy gustosa, antes de llegar una chica me preguntó dónde está la cocina y le señalé que gustó a su lado. Era morena, con una sonrisa hermosa, vestido dorado que estaba pegado a su cuerpo, tenía un hermoso cuerpo, pequeña cintura y buen trasero, su cabello iba bien peinado en una coleta alta con pendientes largos.

—Gracias chica —asentí y continué mi camino hacia mi mamá y el señor Tomás.

Puse llevar, esquivando algunas personas.

—Hola señor Tomás como se encuentra

—Me apresure a hablar, por educación —con una sonrisa formal.

—Hola Mad, muy bien. Te ves espectacular —.Le devolví la sonrisa y las gracias.

—Estuvimos hablando Tomás y yo sobre negocios y llegamos al acuerdo de que si te gustaría acompañarlo a una reunión muy importante, es un viaje a California, habrá convenciones y muchas cosas más de las que te contaremos si aceptas ir, iras en nombre mío y su hijo irá como su acompañante —.el señor Tomás asintió con una sonrisa —Él dice que lo pienses y si aceptas discutirán sobre el tema —.asentí, no sabía qué más hacer.

Esto, esto está grande y no hice nada para conseguirlo no soy de esas personas, a pesar de el dinero que porta mi mamá, y todas las grandes influencias que tiene siempre me a gustado ganarme las cosas por mis propios esfuerzo, mi mamá y todos los que me conocen lo saben.

Mantuvimos una buena conversación amigable y hubo mucha más confianza, el señor Tomás era amigable, respetuoso, chistoso y muy creativo.

Me cayó de maravilla y ahora reíamos por cosas chistosas que le pasaron, me contó sobre sus viajes y experiencias divertidas de la adolescencia y que por eso quería que su hijo y yo fuéramos para luego saber nuestro punto de vista. Era entre dos semanas y tenía suficiente tiempo, que me daría espacio y tiempo para ir y que le encantaría que fuera más que a su hijo lo dijo en forma de secreto cosa que me pareció más chistosa.

—Me disculpo por mi hijo, no sé dónde se habrá metido, me dijo que iría a la cocina a atender un asunto. Lamento su comportamiento.

—No te preocupes Tom, los adolescentes son así —,rieron ante aquel comentario y yo simplemente sonreí, sabía a lo que se refería ella, no era por el hijo de Tom sino por mi. Ahora que hacía confianza el me decía Mad y yo Tom como si fuéramos amigos, era menos formal.

—Ah! ahí viene mi hijo, acércate —mi madre y yo sonreímos y volteamos para ver que se aproximaba su hijo.

Al principio no vi nada, había personas en medio del camino y no dejaban ver nada, pero luego lo vi, llevaba un esmoquin negro, que hacía juego con su cabello negro y sus ojos negros, llevaba las manos en sus bolsillos y caminaba como todo un casanova.

Carajo.

Deadly LoveWhere stories live. Discover now