Capítulo 33

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Era claro que las cosas en mi casa no estaban para nada bien

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Era claro que las cosas en mi casa no estaban para nada bien. Mi mamá parecía acabada, Margot seguía sin ir a clases presenciales y en cambio se limitaba a tomar las clases en línea. Mi papá se había marchado justamente hacía un mes.

Todo cambió desde ese momento, inclusive las reuniones en la iglesia dejaron de ser algo en el calendario. Mi mamá si mucho se cambiaba de ropa. Estaba destruida, aunque intentaba mostrarse fuerte y firme, había muchas cosas que le preocupaban: una de ellas, la situación monetaria de la casa, no deseaba recibir nada de mi papá, aunque tuviera todo el derecho, pero tampoco estaba preparada para hacer algo fuera de casa.

Así que mi trabajo como niñera de: "De vez en cuando" ese último mes se había vuelto un poco más rutinario, mis pequeños pagos a la semana por ir a cuidar a un niño, tres veces por semana, era el único ingreso que teníamos para ese momento.

Claro que estaba preocupada por lo que estaba sucediendo; me preocupaba mi mamá y también me preocupaba mi hermana a pesar de la eminente culpa que llevaba conmigo por saber que en parte, era la principal responsable de lo que había sucedido especialmente con ella.

De lo demás, culpaba exclusivamente a mi papá.

Pero en medio del embrollo había una parte buena y es que, en todo ese tiempo, nadie había podido negarse a la relación que tenía con Jacob. Todos estaban preocupados en sus asuntos que no podían meterse en los míos. Así que no existían horarios, no existían permisos, no existían prohibiciones, y para ser sincera, los tiempos con él, eran lo único que hacían llevaderas las horas de cuidar al niño que hasta ese momento tenía a mi cuidado.

—Si te unieras al negocio —tuvieras más dinero.

Agregó Sofía.

Para ese entonces el cigarrillo ya no era un problema, ya me había acostumbrado al humo. Así que Sofía y Jacob fumaban delante de mí sin ningún problema.

—¿Quieres? —preguntó Jacob.

La cerveza en la mano izquierda había vuelto también.

—No gracias —sonreí.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now