Capítulo 36

185 18 4
                                    

La decepción de Raisa era completa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La decepción de Raisa era completa. La familia Brino estaba prácticamente quebrada, había demasiadas mentiras, muchos rencores y gustara o no, el castillo que habían construido se había caído y quedaban únicamente los muros en el suelo.

En un intento de amor, perdón, miedo, temor o sacrificio, doña Gabriela había dado su brazo a torcer permitiendo que su esposo regresara a su casa, claro que no con el mismo lugar que había tenido por tantos años, pero regresaba: ese era el punto.

Margot hubiese deseado levantarse en contra y negarse, pero sabía que tampoco era quién para hacerlo, ella también había fallado a los principios con los que había crecido así que juzgar a su papá no le parecía precisamente lo correcto, y mucho menos podía juzgar a su mamá porque de cierta manera la comprendía.

Raisa en cambio estaba completamente decepcionada, no bastaba estarlo únicamente de su papá ahora lo estaba de su familia entera. No creía en ellos en absoluto, siempre tuvo dudas y estuvo dudando referente a lo que enseñaban e intentaban inculcar en ella, pero ahora, ahora había perdido todo el respeto a sus padres: A él por darse cuenta de que no era quién ella creía que era, y a ella por cobarde.

—Quisiera entenderte, pero no puedo —decía.

No podía contener las lágrimas. Su mamá recién entraba a su habitación, su rostro estaba apagado, denotaba mucha tristeza.

—Espero algún día puedas comprenderme —respondió.

El sentimiento la traicionó y comenzó a llorar, le puso el seguro a la puerta para evitar fueran interrumpidas.

—No lo necesitamos mamá, creí que ya lo habías dejado en claro. Yo estaba trabajando y poco a poco íbamos saliendo, no tenías que permitir que volviera como si se tratara de darle un premio. Quien falló fue él mamá, él.

—Es difícil aceptar que tienes razón.

—¿Y entonces? No me permitas que lo acepte porque no puedo mamá, no puedo, no puedo con esto. Tantos años predicando y hablando de Dios sobre lo bueno y lo malo. Y en este punto estoy comenzando a creer que ese Dios ni siquiera existe.

—No digas eso Raisa. Claro que existe, existe y es más real que tú y yo. Es solamente que a veces vivimos de Dios de dientes para afuera, hay que vivirlo.

—¿Crees que Dios estaría feliz viendo como lo aceptas de vuelta?

—No lo sé, pero sí sé que estará feliz cuando vea que lo perdoné y tú también tienes que hacerlo si quieres vivir en paz.

—De no haber vuelto hubiese sido más fácil. Así no mamá, no cuando ya no puedo verlo con respeto, para mí su palabra vale menos que un centavo. Y sé que para ti también, es por eso por lo que estoy molesta y decepcionada de ti mamá, porque estás siendo capaz de olvidarte de ti y ponerlo a él por encima, cuando quien falló fue él y no tú. Ahora estas fallando tú.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now