Capítulo 60

166 22 5
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hay cosas que jamás se olvidan por más que se trate de dar vuelta a la página, simplemente siempre estarán presentes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hay cosas que jamás se olvidan por más que se trate de dar vuelta a la página, simplemente siempre estarán presentes. Después de volver del albergue y entrar a mi casa, si bien había sido mucho tiempo sin Jacob y sin mi hija, en ese momento se volvió a sentir frio, completamente frio.

Los recuerdos regresaban a mi cabeza como una lluvia de granizo del que no te puedes esconder; el primer trago, la primera dosis que tomé, lo primero de todo de lo que me arrastró al infierno del que, si bien había salido, seguía doliendo y dolía igual que siempre.

Dios es un Dios de amor y sé que de no ser por él no estaría de pie, pero en momentos como esos te sigue doliendo porque sabes que eres la responsable no solamente de lo que sucedió con tú propia vida, si no que también de muchas de las consecuencias de la vida de otros. Sé que Dios siempre estuvo allí y si bien mi pequeña no sobrevivió, ahora, tengo la certeza que fue Dios en su infinita misericordia y sabiduría quién se la llevó. He pensado muchas veces en qué hubiese sucedido si ella hubiese nacido bien, y al final de cuentas mi respuesta es un: nada hubiera cambiado.

Las fuerzas de cambiar y continuar llegaron por ella, después que supe lo que le hice, de no haber sucedido nada, quizás yo misma tampoco hubiera sido testigo de lo que sucedió con Tito y peor aún, hubiese traído a una bebé a un mundo tan podrido como en el que vivía. Que mi bebé muriera fue una lección y una consecuencia a mis decisiones, una, en la que Dios fue tan perfecto y amoroso conmigo que me permitió verla antes de su partida. Sé que Dios me ha dado una nueva oportunidad, y como cristiana que fui siempre creí que a los cristianos nada les dolía, que debían ser perfectos porque ya conocían el amor de Dios. Pero hoy sé que no es así, a un cristiano también le duele, le sigue doliendo el pasado, pero en medio de todo eso, sabe que después de todo hay una esperanza, y hay perdón.

Dentro de la misma angustia, dolor y sufrimiento que pudiese sentir daba saltos de paz, como si algo dentro de mí que mi mente no podía comprender entendía que todo estaría bien y que debía seguir adelante, por que Dios me estaba dando una segunda oportunidad.

Escuché que alguien tocó a mi puerta, no tenía deseos de ver a nadie. Pensé que seguramente era la señora que me alquilaba así que debía ir a ver qué era lo que deseaba, no podía hacer caso omiso.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now