Raisa y Jacob, desde su infancia, son dos almas destinadas a encontrarse. Raisa proviene de una familia cristiana y Jacob de una familia con problemas de drogadicción y en dónde Dios, no ha sido precisamente algo más que una palabra.
A pesar de su...
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«La Biblia dice en 2 de Corintios 5;17: De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas» Escucho al predicador decir, cuando una llamada interrumpe, me sorprende ver el nombre de Jacob en la pantalla del celular.
Mi cuerpo tiembla al verlo, ¿por qué me están llamando desde el número que era de Jacob? No me es difícil pensar que es pura coincidencia o quizás es Sofía, aunque ella hace mucho tiempo dejó de usar ese número. Aun así, su nombre reflejado en la pantalla de mi celular hace que tome el riesgo de responder, jamás borré o cambié su contacto; por lo que salgo de la iglesia para contestar.
Siento como un ligero hormigueo sube desde mi estomago hasta mi cabeza, un nervio que jamás podré describir a la perfección. Es su voz, la persona al otro lado del celular tiene la misma voz que Jacob.
—Raisa no cuelgues, soy yo —dice—, sé que piensas que estoy muerto, pero no, no tengo mucho tiempo para explicarte, pero necesito que vengas al hospital, no tengo a nadie más —agrega, se escucha desesperado.
Continuo escuchando mientras mi corazón late a mil por horas «¡Es Jacob! ¡Es Jacob!»
***
No sé qué momento pude mover mis piernas y mucho menos cómo fue que fui capaz de manejar hasta el hospital como me lo pidió, en todo el camino mi mente nunca estuvo concentrada en la carretera, si no que, en él, ¡Jacob está vivo! Aunque tampoco es algo que me sorprende, una parte de mi siempre lo supo, no sé por qué, pero era así.
—¡¿Jacob?! —pregunto al verlo. Mi barbilla tiembla.
—Sofía, Sofía acaba de morir —dice entre sollozos.
—¿Sofía? —pregunto nuevamente.
La sorpresa de verlo y la noticia sobre Sofía me regresan a una realidad en dónde todo se viene de golpe, como una doble puñalada en el corazón.
—¡¿Sofía muerta?!
Él simplemente llora y sale del hospital, me quedo observándolo mientras siento como la realidad se pausa y el tiempo pareciera que se detiene. Con la poca reacción que logro tener me acerco a la recepción del hospital y pregunto por Sofía, la respuesta me termina de hundir: Falleció por una sobredosis.
