Capítulo 46

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—¿Se volvió a ir? —preguntaba don Ariel

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¿Se volvió a ir? —preguntaba don Ariel.

Recién regresaba del trabajo y encontró a doña Gabriela y a Margot listas para salir en el auto. Raisa llevaba con ellos tres días y solamente el primero estuvo en casa, el día anterior se perdió toda la mañana y parte de la noche, y para ese día; el tercero: Ya se había ido nuevamente a eso de las seis de la tarde.

La noche anterior había regresado con olor a alcohol por lo que estaban alarmados y preocupado.

—¿Ya le llamaron a Jacob? Quizás se está yendo con él. Anoche no respondió —dijo don Ariel.

—No responde, por eso decidimos ir con mamá de una vez a buscarla allá.

—Si está allí es mejor que la dejen con él, está claro que no quiere volver con nosotros y vive completamente fuera de control. Mientras él no quiera ayudarla con dificultad lo haremos nosotros ahora que no tenemos ninguna autoridad sobre ella.

—¿Quieres ir con nosotros?

—No, es mejor que me quede aquí por si regresa. Tampoco creo que a tú madre le agrade mucho que vaya con ustedes.

—Sabes perfectamente que es tú culpa que se saliera de la casa, no debiste mencionar la opción de internarse. No era el momento.

—¿Entonces cuándo? En el momento que un carro lo atropelle o alguien la viole. Lo dije porque en verdad creo que era el momento, se supone que se vino porque según ustedes dijeron, no pudo con ver mal a la mamá de ese muchacho, y todos sabemos que terminó así por consumir saber ni cuánta cosa.

—Como sea no creo que sea el momento para que vuelvan a discutir. Vamos mamá por favor —pidió Margot subiendo al auto.

Doña Gabriela la siguió subiendo a lado del piloto para poder ir a casa de Jacob.

Cuando llegaron se encontraron con la sorpresa de que el billar estaba cerrado, era temprano y no había abierto. Tito las recibió después de tocar por bastante tiempo y les indicó que no llegaban en un buen momento; por lo que solamente le preguntaron si sabía sí Raisa estaba con Jacob a lo que inmediatamente respondió que no.

—Pídele que nos atienda por favor —pidió Margot.

—De verdad lo siento, pero no creo que pueda hacerlo.

—¿Está todo bien con Nadia? —preguntó doña Gabriela, mostrando preocupación.

—Discúlpeme, pero no puedo darle esa información.

Doña Nadia seguía con ellos, dado a que no habían logrado hacer que fuera con ellos a hacerse las pruebas que el hospital requería para poderle dar ingreso. Tampoco habían optado que fueran a su casa dado a que querían evitar que ella se enterara que la iban a volver a internar; su plan era llevarla, hacerle los estudios y con suerte dejarla internada de una buena vez.

Entre 2 billones de GalaxiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora