Capítulo 40

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Y resulta que un día simplemente te pierdes, te pierdes dentro de un mundo que jamás te imaginaste vivir y que resulta ser mejor de lo que esperabas

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Y resulta que un día simplemente te pierdes, te pierdes dentro de un mundo que jamás te imaginaste vivir y que resulta ser mejor de lo que esperabas. Todos afuera te decían que no, que no era un buen camino, pero es delicioso probar que estaban equivocados.

Esa noche fue perfecta, no lo era, pero se convirtió en la mejor noche cuando consigues disfrutar sola, olvidándote de todo, de todos. No sé como llegué a la habitación de Jacob, cuando desperté todo daba vueltas, intenté llamarlo, pero no tuve suerte hasta que la impertinencia de Sofía, junto a un buen café negro y cargado me pusieron de pie.

—¿Qué hora es? —pregunté.

Sentía que la cabeza me iba a explotar.

—Es medio dia —respondió Sofía.

Ella también estaba bebiendo café, aunque estaba mucho más entera que yo.

—Cualquier chico que las viera en este momento dudo y se enamore de ustedes —agregaba Tito uniéndose.

—¿Y Jacob? —pregunté.

Me sorprendía no estuviera allí.

—Termina el café antes de que venga Facundo —dijo Sofía.

Su respuesta me llenó de dudas.

—¿Tito? —cuestioné.

Él me ignoró perdiéndose en un trago de café.

—Creo que últimamente lo estamos controlando cada vez menos —comentó Sofía, mientras se levantaba de la silla en la que estaba y se asomaba a la ventana.

Estábamos en el cuarto de Jacob como si de una guarida se tratara.

—¿Está molesto? ¿Pidió que me lleven a mi casa? —pregunté.

Sabía que él siempre se molestaba cuando bebía demasiado o consumía en exceso. Me daba temor enterarme que durante la noche había hecho o dicho algo que ocasionaran ese día no estuviera allí, y más bien,hubiese enviado a Sofía y a Tito para que me ayudaran a reponerme y luego deshacerse de mí.

Entre 2 billones de GalaxiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora