Capítulo 56

205 19 1
                                    

Hay decisiones que se toman a la ligera, pero que causan un gran efecto en nuestra vida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hay decisiones que se toman a la ligera, pero que causan un gran efecto en nuestra vida. En el caso de Jacob a pesar de lo emotivo que había sido ver tan de cerca a quién creyó su hija, sentía un compromiso mayor por Sofía; ya había perdido a su madre de ese modo y no quería darse por vencido con ella y dejarla sola.

Ir por Raisa y por su pequeña, significaba alejarse de Sofía mientras ella se mantuviera en ese estado, una buena opción hubiese sido internarla, pero no contaba con el dinero que eso requería, intentó averiguar en algunos centros de gobierno, pero la lista de espera era larga así que no había espacio. No fue precisamente una decisión a la ligera, pero sí una decisión que causó un gran efecto en su vida; mantenerse alejado de lo que tanto añoró dentro de prisión.

Se conformó con ir a ver a la pequeña de lejos una vez a la semana, aunque había semanas completas que, aunque fuera todos los días no la veía. Y no anhelaba ver solamente a la pequeña, también anhelaba ver a Raisa, pero no había forma, a veces incluso se molestaba al ver que la niña solamente salía con la mujer que aparentemente la cuidaba, ni siquiera veía señales de algún otro miembro de la familia.

Y así poco a poco el tiempo fue pasando, como si de una ráfaga de viento se tratara, tres meses habían pasado y si bien invertía tiempo en ir a la casa de los padres de Raisa ya había conseguido un trabajo como ayudante de una panadería así que no podía estar todo el día vigilando la casa. Además de estar cuidando a Sofía, quién si bien no había mejorado, estaba luchando con mantenerse limpia; una lucha que a veces parecía insostenible.

—Ya te dije que no necesitas trabajar —decía Sofía mientras fumaba un cigarrillo—, con lo que me dan de mi papá alcanza.

Jacob solamente la vio de reojo y continuó reparando una bicicleta que uno de sus compañeros de trabajo le había regalado.

—¿Qué se siente matarte tanto para ganar una miseria después de tanto tiempo, ganando mucho dinero? —preguntó Sofía.

Como si ese mismo día se hubiese propuesto molestarlo.

—Creo que lo sabes tú también.

—Sí, es una porquería —exhaló humo.

—Al menos ahora puedo dormir tranquilo, es poco, pero confío en que más adelante podré encontrar algo mejor, de algo me debe servir que terminé el bachiller —High school—, así que mientras, debo reparar la bicicleta porque me ayudará a ahorrar tiempo y gastar menos en buses y todo eso —dijo, mientras seguía revisando la cadena.

Sus manos estaban llenas de grasa.

—¿Crees que Raisa te acepte si te ve ahora? Cuando te conoció como fuera, no eras un simple panadero. Sus papás no son ricos, pero tienen sus lujos.

—No lo sé, pero si sé que soy un tipo más decente ahora, que cuando estuve con ella.

—Tus problemas se terminarían si decidieras ir de una buena vez por todas al banco y reclamar tú dinero.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now