Capítulo 49

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Margot salió una hora después de que su mamá se fue, no deseaba quedarse en casa

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Margot salió una hora después de que su mamá se fue, no deseaba quedarse en casa. Si bien su mamá había cubierto ocho días seguidos sin suerte alguna, ella aún tenía la esperanza de que pudieran encontrar a Raisa y hablar con ella.

Sabía que no era tan fácil como podrían pensar; de lograr verla no sabía cómo reaccionaría o si ella estaría feliz de verlas también. Había pedido un taxi así que después de dejarla cerca, se sentó en una banca que estaba un poco lejos del supermercado, pero con la suficiente vista para notar si su hermana se aparecía.

Dos horas después todo indicaba que había tomado la mejor decisión y su intuición no se había equivocado, a lo lejos vio entrar a su hermana. Vestía unos leggins negros, zapatos chapulines negros y una blusa larga café. Usaba una cola de caballo y si bien no se veía tan arreglada como antes, tampoco estaba tan mal como la ultima vez que la vio.

Sonrío al momento en que la blusa dejó ver la figura de una pequeña y notable barriga; estaba embarazada, aún seguía teniendo al bebé con ella. Así que no pudo evitar sentir como un embrollo de sentimientos saltaban dentro de ella, si bien jamás habían sido las mejores amigas, seguía siendo su hermana y la quería.

Estaba solamente con Tito así que la duda de acercarse se desvaneció, Raisa entró sola al supermercado y vio la oportunidad precisa para abordar a Tito como si fuera una coincidencia encontrarse.

—¿Tito? —preguntó dudosa.

Como si no hubiese estado segura de que era él.

—¡Margot! —exclamó, como si le hubiese dado gusto verla—, ¿Qué haces aquí? —preguntó entrando en nerviosismo.

—Venía caminando por aquí y te vi —dijo—, ya no te he visto en el grupo de jóvenes y ni siquiera me escribes así que quise saludarte, siempre es bueno verte.

—Igualmente.

—¿Vas el jueves? —cuestionó.

Margot notó la incomodidad de Tito y no deseaba quedarse sin conversación antes de que su hermana saliera.

—No lo sé, quizás sí.

—¿Lo dices enserio o solamente para no quedar mal conmigo?

—Es verdad, me hace falta ir al grupo y tener un tiempo para hablar con Dios. Han pasado muchas cosas Margot.

—Ya veo, pero no te ves mal.

—Llevo dos semanas limpio —sonrió.

Se sentía orgulloso de eso.

—Eso me sorprende, felicidades.

—Sí, no ha sido fácil, como sabes Raisa está embarazada y estamos intentando dejar todo atrás.

—¿Cómo está ella?

—Bien —volvió a la incómodidad.

—Ya sé que está adentro, la vi cuando entró y vi que es cierto, que está embarazada.Tito, sabes que es mi hermana, mi mamá y yo estamos preocupadas. Queremos verla, abrazarla, mi papá ya no está con nosotras, ya le dio el divorcio a mi mamá y queremos que lo sepa.

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