Raisa y Jacob, desde su infancia, son dos almas destinadas a encontrarse. Raisa proviene de una familia cristiana y Jacob de una familia con problemas de drogadicción y en dónde Dios, no ha sido precisamente algo más que una palabra.
A pesar de su...
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Construir una familia es muy complicado. Comienza en la decisión de encontrar a aquella persona que realmente sientas valga la pena, lo suficiente como para casarte y desear sea el padre o madre de tus hijos; encontrar una persona que no solamente llene tú corazón de amor, si no que también sea un complemento para construir una vida juntos. Una familia, no es cosa fácil, pero destruir una familia, es lo más fácil. El problema es que mientras la construyes lo notas, mientras esta se destruye pocas veces te das cuenta, hasta que los pedazos comienzan a estar en el suelo.
La familia de Raisa no notó en qué momento la linda familia que habían construido se destruía, doña Gabriela comenzó a notarlo cuando descubrió que su esposo no era quién pensaba y que prácticamente en la mitad de los años de casada que tenía, su esposo siempre la había engañado, así que se puede suponer que en ese momento notó que su familia ya estaba destruida.
Y así como comenzar una familia, comienza con una decisión; hay otras decisiones que no son precisamente las mejores. La decisión de que don Ariel regresara fuera por las circunstancias que fueran no sumó; al contrario, restó. Raisa estaba incontrolable, el problema es que suficientes problemas había entre doña Gabriela y don Ariel como para notarlo de inmediato y en el momento que lo hicieron ya no sabían como ponerle freno a la actitud de su hija.
Pero no era solamente Raisa, Margot también se había revelado y ninguno de sus dos padres sabían como controlarla, había comenzado una relación con Tito la cual no era del agrado de nadie de su familia. A Raisa era la única que parecía gustarle, no precisamente por el bienestar o felicidad de su hermana, sino que, por su propia conveniencia. Que su hermana estuviera saliendo con Tito, le permitía ganar tiempo para su relación con Jacob.
Aunque el verdadero dolor de cabeza de la familia seguía siendo Raisa, porque Margot al menos había ganado el año y estaba lista para irse a la universidad. Mientras que Raisa se había ido a recuperación, y entre una queja de doña Miriam, ante la negativa de que siguiera siendo amiga de su hija, las cosas se complicaron aún más.
***
—Dime que no es verdad Raisa, por favor —suplicaba su mamá.
Estaba deshecha.
—Ya te dije que no lo es mamá, no sé por qué le haces caso a los chismes de esa vieja —respondía ella muy alterada.
Miriam se había acercado a Gabriela con la noticia de que su hija se drogaba, que ella misma la había visto junto con un grupito. Doña Miriam no conocía a Sofía y a su otra amiga, por la que no las identificó.
—Sabes perfectamente que eso no es cierto; al contrario, eso explicaría muchas cosas, las llegadas tardes, tu carácter tan explosivo, tanta ira. Hija, necesitas ayuda y yo quiero ayudarte —expresó.
Su voz fue calmada, estaba hablando de lo más profundo de su corazón como lo hacía una madre. Ya llevaba tiempo sospechando, pero fue ese día, en el que doña Miriam, sin querer más que sorprenderla con la noticia, tan solo la confirmó.
