Capítulo 16

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Hubiese deseado poder hacer o decir algo ante la situación tan difícil que acabábamos de vivir, si bien había sido complicado para mí no quería imaginar como se sentía Jacob

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Hubiese deseado poder hacer o decir algo ante la situación tan difícil que acabábamos de vivir, si bien había sido complicado para mí no quería imaginar como se sentía Jacob. Se mantenía en silencio con la vista fija en la carretera, ni siquiera el cigarrillo en su mano hacía que gesticulara un poco, lo había olvidado y para ese momento quizás solamente quedaba la colilla del cigarro el cual se había desvanecido por la ventana cayendo en la carretera. Al menos podía celebrar que no había tenido que oler el olor tan fuerte y desagradable que producía el que Jacob fumara.

Pero quizás, hubiese preferido lo hiciera y no que lo dejara de hacer por no sé qué sentimiento que lo desgastaba a él por dentro.

La situación de Nadia era difícil, jamás imaginé que una persona luego de tanto tiempo internada en un lugar como ese siguiera igual o peor. Porque era así, todo indicaba que el encierro y la lejanía a sus adicciones en lugar de ayudarla, habían causado un daño mayor o una enfermedad distinta como lo es la anorexia; era claro su padecimiento a menos que hubiera otra explicación para explicar su extrema delgadez y su apariencia pálida.

—¿Te gustaría que fuéramos al lugar del otro día? —preguntó.

Luego de tirar lo que quedaba del cigarrillo mal gastado por la ventana.

—¡Claro! —exclamé.

Era temprano así que supuse que un mensaje a mi mamá explicando lo que sucedía era suficiente. Sabía que ella entendería lo que estaba sucediendo y que en ese momento Jacob me necesitaba.

—Me gustaría que no toquemos el tema nunca más, y que ambos olvidemos esas imágenes tan asquerosas —pidió.

—Lo que tú digas —respondí.

—Gracias.

Presionó sus labios queriendo formar una sonrisa forzada luego de responderme y dejando que el viento refrescara el auto subió el volumen de la canción que recién se escuchaba. Estoy completamente segura de que ni siquiera estaba prestando atención a la música, de haberlo hecho hubiese cambiado de emisora o puesto un cd.

—Te amo Rais —dijo, quitando su mano de la palanca del auto, y tomando la mía—, gracias por esto, gracias por todo —volteó con una mirada sútil.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now