Capítulo 21

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El domingo Jacob estuvo a primera hora en la entrada de la iglesia, y su consumo por el cigarrillo si bien no había terminado; su fuerza de voluntad lo había hecho fumar únicamente dos al día, y no una cajetilla completa como solía hacerlo

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El domingo Jacob estuvo a primera hora en la entrada de la iglesia, y su consumo por el cigarrillo si bien no había terminado; su fuerza de voluntad lo había hecho fumar únicamente dos al día, y no una cajetilla completa como solía hacerlo. Con el alcohol no había tenido la misma suerte, pero algo, era algo. Además, no había pasado mucho tiempo como para esperar un cambio demasiado drástico.

Facundo había estado muy sorprendido por eso, pero ante el respeto que le tenía a sus difuntos padres prefería no meterse en los asuntos de su sobrino, aunque sin perder la confianza en que llegaría el momento en el que se decepcionaría de todo eso y volvería con más fuerza a trabajar con él, tal y como le había sucedido por experiencia propia.

Don Ariel y Margot fueron los primeros en llegar, Margot cantaría esa mañana en el coro y su papá era servidor por lo que debían estar dos horas antes de que iniciara el servicio. Ella para ensayar, y él para preparar y ordenar, a modo que todo estuviera listo para el culto.

Cuando Jacob llegó, ellos ya estaban adentro por lo que no los vio, hasta que doña Gabriela y Raisa llegaron. Ambas se veían felices de verlo.

—Buenos días, Jacob, bendiciones. No sabes cuánto me encanta que estés de regreso con nosotros —agregó doña Gabriela, extendiendo su brazo para que pudieran entrar.

Raisa solamente sonrió y se limitó a saludarlo de beso en la mejía.

Cuando entraron, el servicio recién comenzaba.

Un chico era el indicado de comenzar el servicio con una alabanza de avivamiento. Fue indescriptible aquello que Jacob sintió cuando entró y escuchó aquellas notas. Era como si algo lo envolviera y él simplemente lo sentía; más no lo veía.

Aun así, no se sentía lo suficientemente motivado para aplaudir como lo hacían las demás personas de la congregación conforme el servicio iba avanzando, y el templo se iba llenando.

Margot se veía muy feliz cantando desde el coro, doña Gabriela la seguía y don Ariel desde su lugar era un poco más reservado al igual que Raisa, quien, Jacob sabía perfectamente no sentía la misma libertad de cantar y aplaudir como su mamá y hermana.

Fue un servicio que llenó ciertas expectativas que Jacob tenía. El Pastor predicó sobre lo importante que son las buenas amistades, y cómo Jesús siempre está del lado de aquellos que corren a su socorro. Jacob escuchaba con mucha atención, aunque por momentos el sueño podía más que cualquier intención de escuchar el mensaje completo.

Su consuelo llegó cuando al terminar el servicio Raisa le confesó que tuvo el mismo problema.

—Me estaba durmiendo —comentó en voz baja.

Jacob solamente sonrío.

—Me pasó exactamente lo mismo —respondió luego de disimular un poco.

—¿Qué te pareció el servicio? ¿Te gustó? —preguntó doña Gabriela.

—Sí, estuvo muy bonito.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now