Capítulo 55

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Sofía estaba impresionada, estaba pálida como si hubiese visto a un fantasma, pero no era la única, Jacob también lo estaba

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Sofía estaba impresionada, estaba pálida como si hubiese visto a un fantasma, pero no era la única, Jacob también lo estaba. Estaba sorprendido de verla y mucho más por el aspecto que tenía.

—Creí que estabas muerto —dijo entre sollozos.

Lo abrazo con fuerza.

—Es una larga historia ¿Cómo estás? —preguntó, fue fraternal con ella.

Si bien en el pasado habían cometido errores, la quería como una hermana.

—En verdad creí que habías muerto —respondió y volvió a abrazarlo.

—¿Qué pasó con el billar? ¿En dónde está Facundo y Tito? —preguntó con mucha curiosidad.

Anhelaba verlos a pesar de que jamás había sabido de ellos.

—Jamás vengo por aquí, pero hoy tuve un problema muy grande con mi mamá, bueno, uno de muchos y vine para recordar viejos tiempos ¡No puedo creer que estés aquí! —volvió a exclamar—, jamás vengo créeme, nunca lo hago.

—Creo que debíamos encontrarnos entonces, pero... —suspiró—, ¿En dónde están los demás?

—¿No sabes nada? —preguntó.

A pesar de estar claramente drogada, parecía muy cuerda.

—¿Nada de qué?

—Es mejor que vengas conmigo, este lugar ya cambió y si alguien de la pandilla contraria te ve puede hacerte algo, vamos a mi casa —lo haló de la mano.

Intento sonreír evitando la pregunta de Jacob.

—Sofía ¿Qué sucedió? ¿En dónde está Tito y Facundo? —volvió a preguntar.

—Silencio, camina y te cuento todo en la casa —agregó.

Jacob estaba confundido, aunque sentía mucha pena por Sofía.

Durante todo el camino ella simplemente seguía mencionando lo sorprendida que estaba de haberlo encontrado, repetía lo mismo una y otra vez, cada palabra iba acompañado de un nerviosismo y sonrisas de ser de otra manera se hubiese alegrado, pero era claro que cada reacción provenía del estado de adicción en el que se encontraba.

Ya no preguntó nada y enfocó sus pensamientos en intentar hacerse una idea de qué habría sucedido en todo el tiempo que estuvo detenido, pero por lo que veía le era fácil pensar que con seguridad tanto Facundo como Tito podrían también estar en prisión, si le sucedió a él no era difícil que les sucediera a ellos.

—Entra —dijo Sofía.

Aún vivía en la misma casa, cuando Jacob la vio no pudo evitar recordar la ocasión en la que ayudó con el auto y se entristeció al recordar al papá de Sofía, era claro de que de estar él vivo, posiblemente otra fuera la historia.

Entre 2 billones de GalaxiasWhere stories live. Discover now