Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Un crudo invierno se aproximaba en las tierras de Piroxeno, una femenina preparaba todo para la llegada de aquella estación sin percatarse que dos traviesos lobos se acercaban a ella sonrientes.
— ¡Oni-chan! — Abrazó por detrás a la mujer logrando que se desequilibrara un poco, su hermano mayor imitó su acción pero con menos fuerza para no tirar a la femenina.
— Pero si son los cachorros Howl ¿Que los trae por aquí? — Acariciaba las blanquecinas cabelleras de ambos menores, la presencia de aquellos niños siempre le subían el ánimo.
— ¡Hoy regresa Oni-chan del colegio! — Un brillo apareció en los ojos de ambos menores, el corazón de la femenina se aceleró al recordar la voz de aquél lobo que robó su corazón.
— ¿Jack regresa hoy?
— ¡Sí! Nos dijo que no te contemos que vendría, pero no nos dijo por qué — Aquellas palabras llenas de inocencia de la menor lograron destruir el corazón de la femenina, pero una niña no iba a entender lo que su hermano tal vez quiso decir.
— ¡Nina! Eso era secreto
Ambos menores discutían ante la perdida mirada de la mayor, los copos de nieve comenzaron a caer captando la atención de los presentes en ese desolado lugar.
— Ya comenzó a nevar — Estiró su mano atrapando unos pocos copos de nieve en ella, los menores imitaron su acción — Me tengo que ir ya, me he retrasado bastante — Cargó una de las cajas que reposaban en el suelo.
— ¿Tan rápido te vas? — La voz del esperado lobo sonó detrás de la femenina.
— ¡Oni-chan! — Ambos menores se abalanzaron al mayor sonrientes.
Las risas no tardaron en aparecer, tanto tiempo pasó para los hermanos Howl y ahora ya estaban juntos de nuevo. Unos minutos fueron suficientes para la vista de la femenina, retomó su caja para seguir en el trabajo que antes iba a realizar.
— ¿Tan rápido te vas? ¡Ven y únete al abrazó! — Los tres albinos abrieron sus brazos para recibir a la femenina, una enorme sonrisa se formó en su rostro antes de ser capturada en los brazos de los tres lobos blancos.
El calor de ése pequeño momento quitó todo rastro de frío que tuvieran, parecían una familia, el corazón de ambos jóvenes se llenaron de alegría por estar al lado de aquella persona que tanto amaba.
Dos tontos enamorados y dos niños emparejandolos.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
