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Feminicidio, una de las peores maneras de arrebatarte a esa mujer que tanto aprecias, amas y todo sólo por ser mujer... Crímen de odió, no hay más palabras para describir.
Kalim Al-Asim, el heredero de una familia adinerada, un muchacho sonriente y de buen corazón que buscaba lo más positivo en la vida.
En su camino se cruzó aquella chica que robó su corazón, se volvió en uno de sus tesoros más importantes, era capaz de abandonar todo y a todos con tal de su felicidad... Pero... Simplemente se la arrebataron de su lado.
Su típica sonrisa desapareció en esa cruel noche "Si tan sólo", esa frase que destruyen hasta el alma.
— Ya se tardó mucho — Jamil miraba por la ventana mientras secaba los últimos platos, el cielo comenzó a tronar avisando qué una tormenta se aproximaba — Sólo fué a comprar pan ¿A dónde se distrajo?
— ¡Tal vez no se decide! Son tantos panes que elegir ¡No sabes cuál comer primero! — Kalim estiró sus brazos con su típica sonrisa adornando su rostro, despues de mucho tiempo terminó su trabajó y ahora podrá salir con la femenina al lugar que le prometió.
— Esa chica — El celular de Jamil comenzó a sonar, la pantalla mostraba la llamada de la chica — Me está marcando, esperó y no tenga que arreglar algún desastre suyo — Suspiró cansado, contestó la llamada poniendo el altavoz para terminar con sus deberes.
— ¡JAMIL AYUDA, ALGUIEN ME ESTA SIGUIENDO Y... ! — Antes de que terminará la llamada un gran golpeé sonó, ambos chicos reaccionaron enseguida saliendo de la comodidad de su hogar al rescaté de su amiga.
La lluvia comenzó, ambos morenos corrían en la oscura noche rogando que su amiga se encontrará bien, el cielo parecía molestó su lluvia caía cómo si de piedras fueran, sus rayos se convirtieron en truenos cegando por un momento a las personas.
Al pasar por un callejón el penetrante olor de la sangre los atrajó, el miedo apoderó sus cuerpos al entrar, todos los pensamientos negativos pasaban por sus mentes ante aquél olor.
Aquellos pensamientos se volvieron en realidad, el cuerpo sin vida de la chica yacía en el charco carmín de un poderoso aroma.
Todo fué tan rápido, un año había pasado desde la muerte de la chica, Kalim comenzó con las etapas después de su femenicidio.
Confusión, negación, tristeza, rencor y aceptación.
Jamil ayudó a Kalim a superar todo, él estuvo presenté cuándo se destruyó, él lo detuvo antes de asesinar a alguien, el lo ayudó a superar la pérdida de esa mujer que tanto amó.
— Te dije que no quería venir a este lugar — La fresca brisa levantaba sus blanquecinos cabellos, el relajante aroma del mar invadía sus fosas nasales erizando su piel.
— Está es la última etapa, Kalim — Señaló el mar con una leve sonrisa, la sería cara de Kalim lo abrumaba — Escúchame, ya has pasado por mucho dolor... Es hora de dejarla ir
— ¡¿Cómo? He intentado no culparme todo este tiempo! ¡PERO ES IMPOSIBLE! Yo... Tengo la culpa, si tan solo — Su rostro fué atrapado por las suaves palmas de Jamil, sus ojos se mostraban opacos sin ningúna pizca de brilló.
— No vuelvas a decir éso, no fué tu culpa, no fue la culpa de ella... Bailá, saca toda esa tristeza en algo que ambos amaban
— Jamil
— Ve
Comenzó a caminar lento hacía el mar, los recuerdo comenzaron a invadir su mente, las promesas que no pudo cumplir, el amor que todavía tenía para darle, esas sonrisas que alegraban su corazón.
Su pecho dolía, el sonido de las tranquilas olas se convirtió en la dulce voz de la femenina.
Delicados y lentos movimientos comenzó aquella danza, el recuerdo de su suave toqué hizo que su piel se erizará. Los movimientos se volvían profundos y agresivos, recuerdos, recuerdos.
El salpicar del agua ayudaba a confundir las abundantes lágrimas que salían de sus rubis ojos, Jamil observaba la hermosa y melancólica danza de su amigó, el también sufrió, pero él decidió ayudar a la persona más dañada en está situación.
El sol se ocultaba, el atardecer nunca se vió tan hermoso cómo aquél día, antes de la aparición de la primera estrella la silueta de la femenina apareció frente a Kalim despidiéndose para siempre de él, llevándose con sigo su dolor.
— Sa... Yo... Na... Ra
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Últimamente no he podido escribir algo felíz.
Si alguien se sintió ofendido por ésto, puedo borrarlo, pero no encontraba otra manera de expresarme sobre este tema.
