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Las noches siempre son las mejores o las peores, ya depende del contexto de la situación.
¿Alguna vez han dormido con su pareja?, aquella sensación de nerviosismo que se apodera de tu cuerpo al imaginar simplemente compartir cama con esa especial persona, no siempre compartir el mismo lugar para dormir con tu pareja signifique tener relaciones sexuales.
No todo tiene que ver con sexo.
Dormir abrazados en una noche lluviosa, calentándote con el calor corporal de esa persona, oler desde cerca su aroma antes de caer en los brazos de Morfeo. Toda una fantasía.
—Anda~ —suplico una vez mas el chico a su amada pareja—. No haré nada que tu no quieras, solo quiero dormir contigo —sus orejas bajaron, y una mirada de cachorrito arrepentido se mostro en su rostro haciendo suspirar al contrario.
—¿Por qué tanta insistencia?.
—No te puedo engañar —suspiro rendido al ver que el chico no cayo en su truco—. Bien, te diré la verdad —paro su hablar buscando las palabras adecuadas para no avergonzarse demasiado, pero este chico siempre se lo pone difícil—. Últimamente he sentido demasiado miedo, no puedo dormir hasta que amanece y eso solo dura una hora. Ya no creo soportar otra noche mas así, por eso te pido que duermas conmigo, hasta que desaparezca el temor —rasco su nuca nervioso, evito a toda costa la mirada amable de su pareja. Era un buen momento para que aparezca aquel revoltoso gato.
—Eso era todo —una dulce risa salió de sus labios, avergonzado aun mas a su contrario—. Esta bien, acepto dormir contigo hasta que dejes de tener miedo, niño asustadizo —la última frase la alargo de manera burlona. Nunca se aburrirá de esta hiena.
—¡Oye!
[12 ʜᴏʀᴀs ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s]
—Si que fue difícil tratar con Leona —cansado tocaba su cuello. Aquel gruñón león no quería aceptar la entrada a su dominio a ese herbívoro de otro mundo. Después de varios intentos lo lograron convencer, si que es terco—. ¡Estoy muerto! —se lanzo a su cama exhausto, detrás de el su pareja acomodaba su maleta en alguna esquina de la habitación.
—Pensaba que compartías habitación con alguien mas —dijo confundido, normalmente solo el líder de dormitorio es el que tiene habitación propia.
—No todos tiene compañero de cuarto. Por ejemplo, Jack tiene una habitación propia, aunque de reducido tamaño —contesto boca abajo, apenas sus palabras eran entendibles para su pareja.
En silencio, ambos se preparaban para dormir, Ruggie al principio no tenía ninguna pizca de nerviosismo, pero no pudo evitar esos lascivos pensamientos. Con los nervios a tope ambos chicos se colocaron a ambas partes de la cama mirándose fijamente, con sus rostros rojizos.
—Estoy nervioso —confeso en un pequeño tartamudeo. El silencio incómodo fue destruido por una tierna risa de su pareja—. No te burles.
—No me burlo, solo que me causo risa que compartimos el mismo sentimiento —ahora ambos se encontraban riéndose, tal vez Leona tenía razón, son almas gemelas—. ¡El último en entrar apaga la luz! —como niños pequeños se adentraron con prisa a la cama, ocultando su cuerpo entre las sabanas— ¡Perdiste! Te toca apagar la luz.
—¡Eso fue injusto!, ¡Tu estabas mas cerca de la cama! —reprocho mirando fijamente el rostro de Ruggie, su entrecejo se arrugo causándole ternura a su contrario.
—Esta bien, ambos vamos a apagar la luz. ¿Si? —sonrió contagiándosela a su pareja. Ambos se levantaron de la cama agarrados de la mano, para dirigirse a apagar la luz—. Dentro de tres la apagamos ¿Ok? —recibió una afirmación para poder proseguir—. Uno... Dos... ¡TRES! —al apagar la luz ambos corrieron despavoridos a la cama, rebotando en esta por la fuerza en la que se lanzaron.
Al taparse con las sabanas comenzaron a reírse; los nervios, el miedo, ambos desaparecieron para dejar una calidez en esos enamorados corazones. Sus miradas se conectaron en una sola callando sus risas, poco a poco se acercaban sintiendo el cuerpo de su contrario, sus labios quedaron a unos centímetros para sonreír, antes de fundirse en un dulce beso de buenas noches.
—Buenas noches —ambos dijeron al separarse de su beso.
Se abrazaron mutuamente al comenzar a escuchar como comenzaba a llover, escuchar el tranquilo corazón de su pareja los relajo demasiado que no duraron ni un minuto mas despiertos, durmiéndose con una enorme sonrisa.
[A la mañana siguiente]
Ruggie fue el primero en despertar por lo rayos de luz que se abrían camino en su habitación, después de mucho tiempo, por fin había tenido un profundo sueño, comenzaba a despabilarse poco a poco procesando todo lo ocurrido.
Se sentía tan feliz y no recordaba el porque, pero no duro mucho. Sintió como unos brazos lo acercaron mas a un extraño cuerpo. Bajo su mirada encontrándose con una cabellera saliendo desde la sabanas, sonriente abrazo con fuerza el cuerpo contrario besando con dulzura la cabeza de este.
—Buenos días, dormilón.
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Algo soft después del capítulo anterior.
La continuación del de Floyd se publicará en la tarde o en la noche, pero hoy se pública. (◍•ᴗ•◍)
