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El regreso a clases, normalmente es ver nuevas caras y sorprenderte de los cambios de tus compañeros, pero, algunas veces sus cambios son impactantes.
— ¡Por fin volveré a ver a los chicos! — Un contentó chico brincaba alrededor de sus amigos, molestando a uno y alegrando al otro.
— Yo prefiero dormir — El minino bufo molestó acurrucándose en el pecho de su contrarió.
— Me alegra mucho tu emoción — El contrarió sonreía al ver cómo el chico brincaba alrededor suyo con una gran sonrisa en su rostro.
— Cambié mucho físicamente, les será difícil reconocerme — Una gran sonrisa le mostró a sus compañeros, era verdad que su físico delicado se volvió un poco más tosco y su voz se volvió más grave.
— ¡Hola Yuu, Grimm y ____! — Detrás de ellos sonaron las voces de su dúo favorito.
— ¡Oye Ace! — El nombrado miró al menor, dejando a los otros dos chicos hablar entre ellos — ¿No me ves algún cambió — Recargó sus manos en su cadera levantando su mentón orgulloso.
— Te ves más ¿Grande, ____? — El cuello del chico fue rodeado por el robusto brazo de Ace, su sonrisa se borró mostrando sus arrugados labios mostrando el puchero que hacía.
— Que gracioso, Ace
— Aquí están chicos — Jack hizo su aparición, regresó con un perfecto bronceado era lo único que cambiaba del chico.
— ¡Jack! Ace me está molestando — El menor se libró del agarré del peli naranja, abrazando el marcado abdomen del moreno.
— ¿Te cambió la voz? — El menor levantó su vista mirando fijó a Jack, en sus ojos reflejaba toda la emoción que tenía por qué alguien si notará sus cambios.
— ¡Tu si te fijas en los detalles! Por eso te amo — Abrazó más fuerte al moreno con una enorme sonrisa.
— Eso sonó muy gay, ____ — Una voz desconocida llamó la atención de los presentes.
— ¿Tú quién eres? — Ace no ocultó su inconformidad ante las palabras del "desconocido", sólo ellos podían molestar al chico de sus joterias, nadie más — ¿Cómo te atreves a molestarlo?
— No estoy de humor, Ace — Con su mano empujó la frente del nombrado — Tan temprano y ya empezamos con tus joterias, aún no olvido cuando me agarraste el culo
Los nombrados guardaron silencio, a la única persona que el menor le agarró el culo fué a su tierno y peligroso amigo, pero el chico frente a ellos era más alto y ¿Musculoso?
— ¿Epel? — Sebek apareció detrás del peli lavanda.
— Si ¿Tan cambiado estoy?
— ¡Diablos! Epel, te mamaste... ¿Cuántos danoninos te comiste? Pasá la receta no seas egoísta, ves que uno quiere crecer y no pasas el secreto
Y todo el día Epel fue invadido de preguntas sobre cómo cambió, pero claro, sólo le daría la receta a su amigó qué exigía ser alto.
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