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Estar enamorado es una sensación única que pocas veces logramos experimentar en nuestras vidas, si, no demos confundirla la atracción a un verdadero enamoramiento.
Los enamorados se llegan a comportar como zombis alrededor de la persona responsable de su estado tan mediocre, desde tartamudeos o quedarse mudos dé repente, a llegar a un colapso por exceso de nervios.
Estar enamorado nunca ha sido algo fácil de ocultar, sin embargó, existen personas que logran esté cometido mejor que otros. Trey, nuestro trébol de la suerte se encontraba experimentando esta etapa que me gusta llamarla, "Cupido, chinga tu madre".
—Te vez MUY contento el día de hoy, Trey —entro a la cocina un alegré peli-naranja con su celular en mano. Su mirada recorrió por el lugar rápidamente antes de regresarla a dónde se encontraba el peli-verde cocinado—. De casualidad no será por esa conejita.
La masa que aplastaba con suavidad, moldeando un perfecto óvalo fue destruida con su propia fuerza ante la sorpresa. Sus mejillas se pintaron de apenas visibles toques rosados haciendo sonreír a Cater por atinar.
—No se de que hablas —contesto nervioso acomodando por tercera vez sus lentes manchándolos de masa.
—Claro que sabes de que hablo —canturreo recargándose en la mesa donde el contrario amasaba. Su mirada juguetona se poso en el rostro contrario poniéndolo aun mas nervioso de lo normal—. Has estado mas distraído de lo normal, esta semana Riddle te regaño dos veces por no acatar sus ordenes, tu estado de humor varia de como te trate ella y lo mas importante —tecleo rápidamente en su celular buscando algo como la prueba mayor ante los sentimientos que su amigo estaba sintiendo—. ¡Hasta Jade capturo como no dejas de verla! —mostro una foto donde en el fondo se veía a un entretenido peli-verde observando a la susodicha.
El silencio se hizo presente en la cocina donde se encontraba ambos jóvenes, el peli-naranja sonreía victorioso al escuchar los fuertes y acelerados latidos de su compañero. Trey seguía realizando lo suyo sin evitar la creciente sonrisa se que dibujaba en su rostro.
