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De nuevo, Deuce se encontraba pintando un hermoso cuadró de lindos colores cálidos, demostrando la belleza de un atardecer en el campo.
En medió de aquella obra de arte, aparecía una hermosa mujer con los ojos cerrados con una gran sonrisa dibujando su rostro. Su gran sombrero blanco ocultaba gran parte de su castaño cabello y su vestido blanco con tonalidades azules, hacía resaltar a un más la belleza de aquella desconocida.
Deuce terminó su obra de arte, un pesado suspiró salió de sus rojizos labios al observar a la misteriosa mujer.
Cada que la inspiración llega a él, esa mujer siempre aparece en aquellas pinturas.
— ¡Hola Deuce! — Un pelinegro entró a la habitación del nombrado, cargaba dos pesadas bolsas llenas de comida que más tarde compartirían con sus amigos.
— Hola Yuu ¿Y Grimm? — Deuce se levantó de su asiento dirigiéndose al nombrado, todo su pecho se encontraba manchado de pintura al igual qu su rostro.
— Se quedó con Ace, tal vez fueron a buscar a Epel — Con cuidado dejó las dos bolsas en la mesa, Deuce tomó una de las hamburguesas empezando a comerla — De nuevo dibujaste a esa mujer ¿Quién es? — Imitó la acción de Deuce, comiendo una de las hamburguesas.
— No lo sé — La mirada de ambos chicos se posó en la pintura de la hermosa mujer — Siempre aparece en mi mente, pero lo único que recuerdo es su cabello, su sonrisa y sus vestimentas... ¿Habré olvidado a alguien tan importante? — Miró a Yuu, buscando ayuda o alguna respuesta a aquellas preguntas que lo atormentaban día a día.
— No lo sé
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