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Un día aburrido para el moreno, ni siquiera sus amigos del más haya podían divertirlo, pero tenía una amigo que con sólo aparecer lo anima.
— ¡Sam! — Entró corriendo a la tienda con dos vestidos en manos, el nombrado se reincorporó brindandole una sonrisa a la chico — Acaban de llegar los vestidos que pediste
— Excelente, hoy saldremos diablillo— Tomó en sus manos el vestido apretado, una sonrisa divertida se mostró en su rostro al imaginarse ya dentro del vestido — ¿Trajiste las pelucas? — Dejó el vestido en su mesa observando cada detallé de la prenda.
— ¿Eran necesarias? — Cuestionó divertido, en realidad las olvidó en su habitación por la adrenalina del momento, ocultar su secreto era cansado teniendo a un curioso minino y un chico que seguía al gato por dónde sea.
— Hm... No te preocupes tengo unas de repuesto
30 ᴍɪɴᴜᴛᴏsᴍᴀ́s ᴛᴀʀᴅᴇ
Ambos chicos caminaban por las calles del pueblo cerca de la escuela, movían sus caderas de manera exagerada para verse más sexys y éso atrajó la atención de un tonto chico.
— ¿No es Ace él de ahí? — El menor preguntó señalando al nombrado, sin parar de caminar ambos chicos miraban al peli naranja.
— Creó que sí — Contestó un poco confuso, pero nuestro amado Ace se le ocurrió la "grandiosa" idea de chiflarle a nuestras chicas, cosa que Sam tomó con DEMASIADO humor — ¡Gracias guapo! — Lo gritó con la voz más grave qué pudo salir de su garganta provocando que casi se desmayará el contrario.
— ¡Corre Sam, ahí viene! — Y ahí van, dos chicos corriendo con tacones y vestidos apretados con un molestó peli naranja.
Desde ese día Ace tuvo un gran 'gay panic' por culpa del menor con ese apretado vestido, ahora cada vez que lo ve no puede dejar de sentirse "atraído" a él.
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