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¿Hasta que punto aguantamos una broma?, ¿Con que estamos dispuestos a soportar?, ¿A quiénes les permitimos?.
Algunos temas son sensibles para las personas, unos dónde ni siquiera tu mejor amigo debe bromear par intentar animarte. Una broma de este tipo podría no sólo destruir aún más el corazón de su compañero, también su amistad.
—¿Qué es este objeto que me roba tu atención? —molestó arrebato un descuidado colgante de las manos del mas bajo, quien admiraba nostálgico aquel objeto.
—¡Floyd, ten cuidado con eso! —asustado intento obtener de nuevo su collar, cosa que el contrario no permitió—. Es un objeto muy valioso para mi, no lo rompas —como si la ultima palabra fuera un botón para realizar una muy divertida broma.
Si tan solo supiera que aquello destruiría su amistad mas amada.
—Eh~ —una maliciosa sonrisa se formo en sus labios antes de jugar un poco brusco con el colgante, dándole algunos micro infartos a su amigo.
Cada vez que jugaba mas brusco con el preciado collar del chico, al punto que llegaron a jalonearlo para intentar arrebatárselo del gemelo travieso de Octavinelle. En uno de esos tantos jaloneos, la cadena de aquel colgante no resistió mas, reventándose en frente de todos.
—Ups~ Se rompió —dijo tranquilo sin darse cuenta que esas simples palabras, provocaron algo irreparable para ambos—. Ñe~ Camaroncito, esa cosa ya no robara mas tu atención de mi —comento contento, el nombrado se quedo en silencio agachándose, recogiendo los pedazos que quedaban de aquel colgante. Una confusa mirada le otorgo ante sus acciones ¿Su juego paso la línea?
Todo el pasillo quedo en silencio, con miedo observaban el ambiente tenso que se creaba entre ambos, ahuyentando a la mayoría de los estudiantes que pasaban por ahí. El chico se levanto con los pedazos de su collar alejándose en silencio de Floyd, cosa que lo molesto.
—No puedes irte. Si te molesto que se rompió aquella baratija, puedo comprarte una mejor. En mi... —se callo de golpe al observar como el contrario paro su andar, sentía un ambiente tenso, pero lo ignoro por completo.
—Baratija... —una diminuta risa salió de sus labios antes de voltearse de manera lenta para observar a su "amigo". Floyd lo miraba indiferente aumentando aun más su ira—.¿¡Sabes lo que significa este collar, al que te atreves a llamar baratija!? —el mas alto se encogió en su lugar ante el grito del chico. Era la primera vez que lo veía molesto, y aun mas gritándole—. ¡Pero que te pregunto!, ¡A ti no te importa para nada los sentimientos de los demás!.
—Camaroncito... —intento acercarse a su amigo, por primera vez, estaba sintiendo un poco de arrepentimiento por su comportamiento. No muy lejos de ahí, su gemelo y líder se acercaban al lugar al escuchar los gritos.
—¡DEJA DE LLAMARME CON ESE ESTÚPIDO APODO! —con brusquedad buscaba algo en su bolsillo con prisa. Lagrimas de furia combinadas con tristeza amenazaban en salir, no deseaba quebrarse en ese lugar, no en este mundo—. ¡El único recuerdo que me quedaba de mi abuela, fue destruido por ti! —en su mano libre alzo aquella pulsera que Floyd le había regalado, como muestra de su profunda amistad—. No deseo convivir con personas como tu... No... ¡YA NO QUIERO SER TU AMIGO, AQUI QUEDO TODO! —con toda la fuerza que su cuerpo tenia, lanzo esa pulsera, que al tocar el suelo se reventó esparciendo sus piezas por todos lados.
El chico salió corriendo de ese lugar, en busca de un lugar seguro, no quería volver a ver su rostro, no deseaba volver a escuchar su voz, no deseaba saber mas de la existencia de aquella persona.
Floyd, por su parte, intentaba procesar todo lo ocurrido. ¿Cómo es posible que destruyera su amistad por un collar tan feo?, tal vez, solo fue por el calor del momento que hizo... Lo que hizo. Pero no negaba que en su pecho algo se encogía, causándole dolor al ver esa pulsera en todas partes del pasillo, esa en donde tardo mucho tiempo en encontrar unos materiales que le agradaran al contrario y tuviera características de ese chico que tanto quería.
—Camaroncito... —se agacho tomando en sus manos un dije de un pequeño camarón de dorado color. Detrás de el se encontraba su hermano y amigo, quienes miraron toda la escena.
[3 ᴍᴇsᴇs ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s]
—¿Desde cuando llego? —pregunto sorprendiendo al chico que espiaba desde la puerta.
—Desde hace quince minutos —contesto en un tono desanimado—. Yuu volvió a rechazarlo. Se que solo sigue su petición... No creo que le gusta ver de esta manera a Floyd —dijo mirando fijamente al contrario—. Ya no quiero verlo llorar más.
—Yo tampoco Jade, yo tampoco —dijo observando por la puerta al chico escondido entre las sabanas, sabían que se encontraba llorando debajo de estas... No sabe ocultar su llanto.
—Camaroncito... —abrazo con fuerza el peluche de camarón que siempre lo acompaña cada noche. Su llanto aumento aun mas al visualizar en su muñeca las pulseras de amistad que alguna vez compartieron.
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Siento abrumarlos con tantas actualizaciones de este libro, pero la inspiración me pegó muy fuerte.
Eso es todo ositos, disfruten de los últimos capítulos que esté libro ya está llegando a su fin.
Me despido de ustedes, recuerden que los amo mucho. (◍•ᴗ•◍)❤️🐻
