Capítulo 47

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La recepcionista de la Promotora Inmobiliaria Starr le habló de nuevo y le dijo a la detective Garzón que Paxton estaría con ella inmediatamente. Poché se sentía como si estuviera tirando de una cuerda. Ni el tono de espera de Anita Baker la apaciguó. No era la primera vez en su vida que parecía estar moviéndose a un ritmo diferente del resto del mundo. Demonios, ni siquiera era la primera vez en el día.

Por fin un tono de llamada.

—Hola, siento que haya tenido que esperar. Estoy cerrando muchos de los asuntos de Matthew.

Eso podía tener muchos significados, pensó ella.

—Última llamada, lo prometo.

—No me molesta, de verdad —dijo, riéndose—. Aunque...

—¿Aunque qué?

—Me pregunto si no sería más fácil que trasladara mi oficina a su comisaría.

También Poché se rió.

—Podría hacerlo. Usted tiene mejores vistas, pero nosotros tenemos mejor mobiliario. ¿Qué le parece?

—Me quedo con las vistas. Dígame en qué puedo ayudarla, detective.

—Me preguntaba si podría darme el nombre de la empresa que aseguraba la colección de arte de Matthew.

—Por supuesto —dijo, e hizo una pausa—. Pero recuerde que le dije que me había obligado a cancelar esa póliza.

—Lo sé. Sólo quiero preguntarles si guardan fotos de archivo de la colección que pueda utilizar para rastrearla.

—Ah, fotos, bien. Nunca se me habría ocurrido. Gran idea. ¿Tiene un bolígrafo?

—Cuando quiera.

—Se llama GothAmerican Insurance y está aquí, en Manhattan. —Ella oyó teclear con fuerza y él continuó—: ¿Lista para apuntar el teléfono?

—¿Puedo hacerle una pregunta más? —dijo Poché, tras haber tomado nota— Me ahorrará volver a llamarlo más tarde.

Pudo notar que Noah estaba sonriendo cuando respondió:

—Lo dudo, pero adelante.

—¿Ha extendido hace poco un cheque a Kimberly Starr para comprar un piano?

—¿Un piano? —dijo—. ¿Un piano? —repitió—. No.

—Bueno, pues se ha comprado uno —le informó Garzón, mientras miraba la foto que tenía en la mano del Departamento de Investigación de Escenarios de Crimen del salón de los Starr—. Es una belleza. Un Steinway edición KarlLagerfeld.

—Kimberly, Kimberly, Kimberly.

—Cuesta ochenta mil dólares. ¿Cómo se lo puede permitir?

—Bienvenida a mi mundo, detective. No es de sus mayores locuras. ¿Quiere oír lo de la lancha motora que compró el pasado otoño en los Hamptons?

—¿Pero de dónde saca el dinero?

—De mí no.

Poché echó un vistazo a su reloj. Era probable que le diera tiempo a ver a los tipos del seguro antes del almuerzo.

—Gracias, Noah, es todo lo que necesito.

—Por ahora, querrá decir.

—¿Seguro que no quiere ocupar una de nuestras mesas? —ofreció ella.

Ambos seguían riéndose cuando colgaron.

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Garzón subrayó su «¡Sííííí!» con un golpe de puño cuando Ruiz acabó de hablar con el jefe de archivo de GothAmerican. No sólo tenían documentación fotográfica rutinaria de las colecciones de arte aseguradas, sino que la guardaban durante siete años tras la cancelación de una póliza.

Ola De Calor (Caché)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora