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( chapter seven — who's zoomin' who. )
( temporada uno — episodio nueve )
—HEY ALLÍ, SYPH BOY, —SALUDÓ CASSIE A GEORGE CON UNA SONRISA DE BROMA. Después de escuchar que una enfermera llamada Olivia le dio sífilis a George, planeó pasar el próximo año más o menos sin dejar que él la viviera ni por un segundo.
—Hola Cass, espera..., —gimió George, mirando a Izzie. —¡¿Le dijiste?!
Izzie le dio un mordisco a su sándwich, sacudiendo frenéticamente la cabeza en negación. —¡No lo hice, lo juro!
—Syph boy, —repitió Alex, recostándose en su silla. —Tiene un bonito sonido.
—Sí, algo así como un super chico, solo que enfermo, —agregó Cassie con un pulgar hacia arriba hacia George, divirtiéndose demasiado.
—Izzie no tuvo que decir una palabra, —Cristina negó con la cabeza. —Por aquí, lo único que se propaga más rápido que las enfermedades son los chismes.
—Eso no es cierto, —no estuvo de acuerdo George. —El hecho de que Izzie no pueda mantener la boca cerrada no significa que todos lo sepan.
—¿Cómo te estás sintiendo? —Meredith le preguntó a George mientras se unía al grupo en la mesa del almuerzo. —Siento lo de la sífilis.
—¿Todo el mundo en el hospital lo sabe? —gimió.
—Saben que eres un jugador, —se encogió de hombros Alex. —Todo el mundo tiene un secreto. Alégrate de que el tuyo esté a la vista.
—Oh, ¿sí, Alex? ¿Cuál es el tuyo? —Preguntó Cristina.
—Muéstrame el tuyo y yo te mostraré el mío, —sonrió. —Apuesto a que tienes algunos esqueletos muy pervertidos en tu armario.
Cristina tarareó para sí misma. —No, si alguien tiene secretos perversos, definitivamente es Cass. No te ofendas.
—Ninguno tomado, —sonrió,— Eso es probablemente cierto, de todos modos.
—Además, —continuó, —lo que hay en mi armario no es asunto tuyo.
Cassie se inclinó descaradamente hacia su oído, susurrando: —Nadie excepto Burke, ¿verdad?
Mientras esperaba que Cristina se riera de su broma, su rostro se volvió amargo cuando la ignoró, causando que Cassie se confundiera. Se dio cuenta de que Cristina se estaba tapando el estómago con una mano, pero no pensó mucho en eso en ese momento.
—Bueno, no tengo ningún secreto. Mi vida es aburrida, —agregó Izzie.
—Todos tenemos secretos, —respondió Cassie al instante.
—Todos tienen algo que esconder, —Meredith negó con la cabeza, mirando a lo lejos.
