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(Chapter twenty four — what i am)
(Temporada tres — episodio cuatro)
CASSIE SE DIO CUENTA QUE MEREDITH se tragaba un frasco de peptofismol cuando entraba en el vestuario. —¿Estás bien? —preguntó con preocupación, un poco asqueada. La medicina rosa siempre la había rechazado.
—Um, sí, —suspiró Meredith. —¿tú?
—Siempre estoy bien.
—Entonces, Izzie salió de la casa esta mañana. Esa es una buena señal,— dijo George mientras entraba al vestuario. Hizo una pausa en sus pasos cuando vio a Cassie. —Oh, lo siento, Cass.
—Está bien, —se encogió de hombros, atándose los cordones de los zapatos y enviándole una sonrisa con los labios apretados. —Todo esta bien.
George la miró con el ceño fruncido, y luego otra vez al ver a una Meredith con aspecto enfermizo. —¿Estás bien?
—Eso es lo que pregunté.
Meredith negó con la cabeza. —Simplemente no me siento como yo misma.
—O'Malley tiene ese efecto en las mujeres, —sonrió Alex desde la esquina. —Pregúntele a la Dra. Torres.
George se burló. —¿Qué se supone que significa eso?
—George, le echaste a Callie por el culo, —le recordó Cassie.
—No lo hice. ¿Quién te dijo eso?
Cassie lo miró obviamente. —Callie.
—No te preocupes, —Alex se encogió de hombros, —Lo entiendo. Ella es sexy, pero no es para ti.
—¿Por qué eso?
—Porque ella es sexy.
Cassie cruzó la habitación y le dio un golpe en la cabeza. —Cállate. —Se volvió hacia George. —Ambos son sexys, los dos son increíbles y son geniales juntos. Solo tienes que disculparte.
George le dio a Cassie una mirada agradecida y comenzó a salir del vestuario, hasta que se detuvo en seco. —¿Crees que estoy sexy? —él sonrió.
Cassie se rio levemente, le dio un puñetazo en el brazo y salió de la habitación.
En el segundo en que atravesó las puertas, la sonrisa se borró de su rostro y volvió el entumecimiento.
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—VAMOS gente. He estado en cirugía desde las 2 a.m. No estoy de humor—dijo Bailey, conduciendo a sus internos a la habitación del paciente.
—¡No corten, no corten!—Cristina empujó a George mientras se unían al grupo tras los demás.
