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(Chapter sixty five — new history)
(Temporada seis — episodio nueve)
—CREO QUE ESTÁN FUNCIONANDO—DIJO CASSIE, CON LAS MANOS DOBLADAS SOBRE SU REVESTIMIENTO MIENTRAS LE HABLA A SU TERAPEUTA. Sus ojos se movieron hacia el reloj que colgaba sobre la maravilla, sus labios se movieron hacia abajo, dándose cuenta de que su sesión casi había terminado. —Los anti-uh, los medicamentos.
Rain le sonrió, agarrándose al portapapeles que descansaba sobre sus rodillas. —Puedes decir antidepresivos, Cassie—le recordó, con una expresión de complicidad en su rostro. —No es una mala palabra.
—No estoy deprimida—Cassie negó instantáneamente, antes de hacer una pausa por un momento después de hablar. Dejando escapar una breve carcajada, negó con la cabeza, su declaración sonó ridícula incluso en sus propios oídos. —Está bien, sí, eso fue una mentira.
—Bueno, me alegro de que estén funcionando como se esperaba—sonrió Rain, genuinamente feliz mientras escribía una nota rápida. —Debo decir que he visto una gran mejora en tu estado de ánimo durante el último mes. Me alegra que hayas decidido continuar con nuestras sesiones.
Encogiéndose de hombros pensativamente, Cassie miró hacia el suelo. Después de seguir el consejo de Webber y tomar una breve pausa, se acercó a su terapeuta, a quien había estado evitando desde que George murió. Después de cinco semanas de sesiones quincenales, además de que le recetaron estabilizadores del estado de ánimo y cambiaron las recetas para su ansiedad, Cassie finalmente estaba comenzando a sentirse como antes de nuevo.
—Creo ...—Cassie se calló, no del todo segura de su decisión mientras su mirada se disparaba hacia arriba. —Creo que estoy lista para volver al trabajo.
Mirando hacia arriba con una ceja levantada, Rain se reclinó en su asiento, una mirada interrogativa en su rostro mientras miraba a su cliente. —El Dr. Webber me habló recientemente—le informó. —Dijo que eras bienvenida en cualquier momento, pero debo firmar antes de que puedas volver a realizar la cirugía. Esencialmente, necesita estar seguro de que estás mentalmente apta para ser médico.
—¿Lo estoy?—Cassie se mordió el interior de la mejilla, sin saber qué respuesta esperaba. —¿Mentalmente en forma?
Con indiferencia, sacando un formulario amarillo de una carpeta que tenía cerca, Rain escribió su firma en la parte inferior de la página y la extendió. —Si crees que estás lista, entonces te creo—Cassie sonrió, extendiendo la mano para tomarlo antes de que se lo arrebataran. 1ªPero tengo algunas reglas.
—Está bien, dilas.
—Número uno, me ves al menos dos veces al mes, sin hacer preguntas—ordenó Rain, sus rasgos tranquilos pero su voz severa mientras hablaba con una Cassie dispuesta, quien simplemente asintió con la cabeza en su instrucción. —Número dos, recuerda en lo que trabajamos la semana pasada. No eres ...
