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(chapter eighteen — yesterday)
(Temporada dos — episodio dieciocho)
CASSIE GIMIÓ cuando se dio la vuelta en la cama, sonriéndole a la persona junto a ella. Después de casi explotar, pensó que la vida era corta y que debería pasarla divirtiéndose. O, en su caso, tener aventuras de una noche con un puñado aleatorio de personas del hospital.
La chica en su cama, que era enfermera en el piso de psiquiatría, le sonrió mientras se levantaba para vestirse. Cassie casi se sintió mal por no saber su nombre.
—Eso fue divertido, —dijo la enfermera, subiendo la cremallera de su vestido de la noche anterior. —Aunque, normalmente no hago fiestas de pijamas.
—Yo tampoco, —Cassie se encogió de hombros con indiferencia. —Pero era tarde un viernes por la noche, no quería que tuvieras un accidente de camino a casa.
—Eso es amable de tu parte, —sonrió, terminando de atarse los zapatos y dirigiéndose hacia la puerta. —Bueno, eh, ¿supongo que te veré por ahí?
Cassie asintió, —Sí, nos vemos.
Justo cuando la enfermera salía de su habitación, George entró arqueando las cejas. —¿Otra?
—¿Qué? —preguntó a la defensiva. —Ella era linda.
Inclinó la cabeza con sarcasmo. —Yo también soy lindo, pero tú no me invitas a tu cama.
—¿Es esta tu forma de invitarme a salir? —Cassie bromeó. —Y yo que pensé que estabas enamorado de Mer.
—Yo no ... —George respondió instantáneamente, antes de corregirse apresuradamente, —... no. No lo estoy.
Riendo, Cassie se levantó de la cama y se dirigió al baño para prepararse para otro turno de dieciocho horas.
—Lo que digas, Georgie.
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CASSIE SE ESTABA cambiando en el vestuario, escuchando a Cristina y Meredith gemir sobre lo terrible que son sus vidas amorosas. Mientras se ponía la bata, recordó lo agradecida que estaba de estar soltera.
—Sabes, está actuando como si yo hubiera cometido un crimen, —despotricó Cristina. —Como si mi apartamento estuviera lleno de bienes robados. Está actuando como si mantuviera mi apartamento para esconder bienes robados, para poder hacer trasplantes ilegales por dinero.
—¿Estás segura de que no está actuando como si hubieras mentido acerca de mudarte?— Meredith arqueó una ceja.
Cristina puso los ojos en blanco. —Está bien, ¿Qué te pasa?
—Mi mami es una puta sucia.
Cassie miró entre ellos con una mirada evaluadora. —Ni siquiera voy a preguntar.
