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(Chapter thirty three — drowning on dry land)
(Temporada tres — episodios dieciséis y diecisiete)
UNA VEZ MÁS, CASSIE TENÍA LA SENSACIÓN. La mismo sensación que había tenido demasiadas veces en sus veintitrés años de vida. El mal presentimiento, siempre tiene razón. La sensación que tuvo el día en que murió Denny, cuando estuvo a punto de explotar, y muchas veces antes.
Entonces, ella se estaba quedando en la cama.
—Cassie, no puedes quedarte en la cama todo el día, —Derek puso los ojos en blanco, mirando el pequeño bulto escondido debajo de las mantas que asumió era su cuerpo.
Después de sacar a Meredith de la bañera para que no se ahogara menos de diez minutos antes, realmente no podía manejar a otra persona que le importaba que actuara de manera extraña.
—Estoy bastante segura de que puedo —replicó Cassie, su voz amortiguada por el edredón.
—Está bien, déjame reformular, —suspiró. —No voy a dejar que te quedes en la cama todo el día.
—¿Qué vas a hacer? ¿Arrastrarme del pelo?
Derek sonrió con fuerza. —Si tengo que hacerlo, sí.
—¡Ugh, Derek!— Cassie gimió, arrojó las mantas y se sentó frente a él. Se apoyó en la cabecera, con los brazos cruzados sobre el pecho. —Es sólo un día, déjame quedarme en casa.
—Eres una interna, Cass. No puedes simplemente decidir cuándo te apetece ir a trabajar. Salvas vidas para ganarte la vida. Levántate, vístete y saca tu trasero por esa puerta, ahora.
Cassie lo miró con los ojos entrecerrados. —Le robaste eso a Cristina.
—Yo ... puede que la haya llamado.
—No voy a dejar esta cama, Derek.
Derek suspiró por millonésima vez esa mañana y se sentó en el borde de la cama. —¿Qué pasa, Ígor?
Cassie lo fulminó con la mirada por el apodo. —No soy Ígor. Si vas a compararme con personajes de Winnie Pooh que sea al menos con el Búho.
—Eres totalmente Ígor, —sonrió, antes de ponerse más serio. —Dime.
—Tengo la sensación, —espetó. —Y antes de que digas algo, solo quiero recordarte que siempre que tengo la sensación, la gente muere.
—Cass...
—Mi mamá, Dylan el chico del escuadrón de bombas, mi perro Oreo. ¿Recuerdas a Oreo? —hizo una pausa, recordando. —De todos modos, la lista continúa. Denny, tu matrimonio con Addison ...
—Está bien, lo entiendo.
—Lo siento, pero es verdad, —Cassie se encogió de hombros. —Esta vez, podría ser yo, Derek. Me quedaré en casa.
