¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Chapter sixty one — now or never)
(Temporada cinco — episodio veinticuatro)
Tw: muerte de personaje importante.
CASSIE durmió profundamente en una cama minúscula a la derecha de Izzie, un poco de su baba cayó sobre la sudadera con capucha de George. Sus piernas descansaban sobre las de ella mientras su cabeza descansaba sobre su pecho, sus extremidades se enredaban juntas en el pequeño espacio. Meredith estaba dormida en una silla a su derecha, mientras Alex y Cristina dormían encorvados en asientos separados al otro lado de la habitación.
Después de la cirugía de Izzie la noche anterior para extirpar un tumor canceroso de su cerebro, los residentes se negaron a irse, solo en caso de que ocurriera una complicación en medio de la noche.
Bailey abrió la puerta en silencio, mirando entre sus antiguos internos mientras recogía el historial de Izzie. Alex se despertó instantáneamente, frotándose los ojos e inclinándose hacia adelante mientras los demás permanecían dormidos.
—¿Algún cambio de la noche a la mañana?— Bailey le susurró a Alex, despertando a Cristina en el proceso.
—No—corearon, finalmente despertando a los demás. Meredith gimió, tirando su manta al suelo mientras se estiraba. Cassie suspiró profundamente, sin abrir los ojos de inmediato.
George miró hacia abajo, solo para ver una pequeña mancha húmeda en su pecho. —Oh, qué asco, Cass.— Él la miró con petulancia. —Buenos días a ti también.
Sentándose un poco, no es que hubiera mucho espacio para hacerlo, Cassie le dedicó una sonrisa culpable. —¿Ups?
El busca de Bailey sonó, el sonido actuó como una alarma en la cabeza de Cassie. —Oh, es el Jefe— suspiró Bailey. —Será mejor que alguien haga un café. Se ven como el infierno.
George bostezó, empujando suavemente a Cassie para que pudiera salir de la cama improvisada. —Necesito estar en cirugía en menos de una hora.
Con lentitud, Cassie se puso de pie con un leve bamboleo, sus ojeras de color púrpura oscuro más pronunciadas de lo habitual.—Estoy cubriendo la sala de emergencias hoy con Hunt.
—Mer, ¿nos avisarás si algo cambia?
Meredith asintió, despidiendo a los dos mientras salían juntos de la habitación. —Sí, por supuesto.
Mientras los pies de Cassie se arrastraban contra el suelo de baldosas, su mente finalmente se puso al día en su cuerpo, recordando lo que George le había dicho el día anterior.
—Entonces, ¿de qué querías hablarme?—se preguntó, una sensación inidentificable en su pecho cuando lo miró.
El rostro de George decayó, casi como si hubiera olvidado brevemente lo que planeaba decir. —Oh, claro— tartamudeó un poco, mirando a ambos lados del pasillo. "Vayamos a un lugar más privado, ¿no?
