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(Chapter sixty nine — family line) ( una serie de flashbacks )
NUEVA YORK, AGOSTO 1990
A DEREK SHEPHERD LE GUSTARÍA DEJAR UNA COSA MUY CLARA; NO FUE, BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA, UN MENTIROSO. De hecho, se enorgullecía de su habilidad para decir la verdad, incluso cuando era difícil, y especialmente cuando lo hacía parecer un completo idiota. Claro, hizo trampa en algunas pruebas en la licenciatura, y claro, fue solo ayer que le mintió a su profesor acerca de poder enumerar los pasos para una aterectomía, pero aún así. Derek dijo la verdad, al menos, cuando pensó que importaba.
Lo cual, aunque un rasgo admirable, lo llevó a la situación en la que se encontraba actualmente; sentado junto a su pseudo-hermana de ocho años llorando, que puede o no haber estado llorando por él.
(En su defensa, todo lo que hizo fue decir la verdad).
—Cass, no quise decir que fuera feo— se corrigió Derek a medias, con una mano en el hombro lloroso de la joven. —Solo quise decir que tal vez podrías hacerlo a medida, o algo así, solo para que te quede mejor, ¿sabes?
Cassie se sentó en su cama con las piernas cruzadas, los codos en las rodillas mientras lloraba. En el fondo, sabía que estaba siendo dramática, pero cuando eres un niño, todo parece el fin del maldito mundo.
—N-no tengo dinero— tartamudeó entre sollozos, el chasquido de su voz hizo que Derek se arrepintiera de haber dicho algo. —¡Solo tenía diez dólares! Ahora voy a parecer una estúpida en la boda de Nancy.
Era el bonito vestido más barato que había en stock en Goodwill, así que a pesar de que era unas tres tallas más grande, era prácticamente la única opción de Cassie. Le llegaba a la rodilla y era rojo camión de bomberos, estaba grande en todos los lugares equivocados y prácticamente se la tragó entera, pero aún así, era agradable. Cassie no tenía muchas cosas bonitas y estaba emocionada de enseñárselas a Derek, hasta que él mencionó lo obvio; Cass, ¿por qué elegiste esa? No encaja bien.
Sabía que él solo estaba siendo honesto, pero deseaba que no lo fuera.
—Lenguaje—, Derek la regañó sin entusiasmo, sabiendo que con una madre como Bonnie Harper, no podía hacer mucho para alejarla de las bombas. —¿Y por qué no lo dijiste? Te habría comprado uno mejor si me hubieras preguntado...
Cassie negó con la cabeza, dejando caer las manos en su regazo mientras lo miraba. —Ya no tengo permitido pedirte cosas.
—¿Qué?— Las cejas de Derek se hundieron hacia adentro, frunciendo el ceño por la forma en que ella evitaba su mirada. —¿Por que no?
—Mami dice que está cansada de que nos trates como un caso de caridad. Piensa que es imperioso.
Él entrecerró los ojos hacia ella. —¿Cómo sabes esa palabra?
